Hace un año, cinco policías brasileños dispararon cinco veces a un joven de catorce años que iba desarmado. Ahora, los agentes, que acusaban al chico de haberles disparado primero, están en prisión. En aquel momento nadie quiso denunciar lo sucedido, ni siquiera la familia del adolescente. En la actualidad, están en un programa de protección de testigos y han decidido declarar contra la Policía Militar de Brasil.