Los servicios de información antiterrorista (CNI, Policía y Guardia Civil) han advertido en varias ocasiones al Gobierno de la vulnerabilidad de las centrales nucleares ante un posible ataque terrorista y anticipado que de producirse sería el más "devastador", según publicó ayer "El País". La seguridad interior de estas instalaciones corresponde a las empresas propietarias, está en manos de compañías privadas y las mejoras de los últimos años son insuficientes y mejorables, según informes de inteligencia remitidos al Ejecutivo. Desde el 11-M el Gobierno y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han reforzado la seguridad de las centrales nucleares para blindarse ante la amenaza yihadista que las sitúa en el centro de la diana terrorista, pero el talón de Aquiles sigue siendo su sistema de seguridad interior. Una debilidad que casi nadie niega y que reconocen los expertos y mandos consultados por "El País".
madrid. Varios de los españoles residentes en Japón que llegaron ayer a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) en el avión fletado por el Gobierno, coincidieron en que uno de los motivos que les movió a regresar a España era la "situación de incertidumbre" en la que se encontraban en el país nipón a causa de la falta de información por parte del Gobierno japonés.
Así lo manifestó la madrileña Pilar Espinosa, que tras trece años viviendo en Japón ha decidido volver a España, "hasta que todo se estabilice", porque aunque "la situación es de tranquilidad", no saben "en qué medida la información que les da el Gobierno es real o no". "Los japoneses están igual que siempre pero nosotros, que tenemos información de fuera, somos los que tenemos más incertidumbre", señaló, al mismo tiempo que ha asegurado que era "muy poca" la información que les llegaba de las autoridades. "Prefiero que todo se estabilice y ya decidiré si vuelvo con la cabeza fría y por mis propios medios", afirmó Pilar, para añadir que sus hijos también han sido una de las causas que le han llevado a tomar la decisión de regresar.
Por su parte, la asturiana Beatriz Alonso, residente en Japón desde hace más de once años, en dónde todavía se encuentra su marido, sugirió también que a su parecer el Gobierno Japonés puede estar "tapando algo". "El Gobierno habla de lo que está seguro porque no quiere alarmar a nadie", apuntó.
Beatriz, que espera volver cuanto antes, confesó que el miedo a la radiactividad, que le llevó a permanecer "encerrada en casa sin salir durante días", ha sido uno de motivos que la han empujado a tomar la "difícil decisión" de regresar a España con sus hijos, aunque ha reconocido que le da miedo "dejar a su marido y a su casa". "He venido por los niños y para que mi familia se calme", aseguró.
Otro pasajero, Manuel, reconoció que ha sido precisamente la información que le llegaba de fuera la que le ha hecho volver. "Es la que nos presionaba", afirmó, al mismo tiempo que añadió que aunque pasó miedo, la tranquilidad de los japoneses que le rodeaban le ayudó a sobrellevar la incertidumbre.
Todos los españoles preguntados por los medios han coincidido a su vez en que la atención que han recibido por parte de la Embajada Española ha sido buena. "La embajada ha estado fenomenal; estamos todos muy contentos; nos han atendido de maravilla", afirmó Pilar Espinosa.
Algo más dubitativa se mostró Beatriz Alonso, que aunque también valoró el trato recibido por parte de la embajada como "muy bueno", matizó que "no lo fue tanto en la primera semana". "No tuvimos información de ningún tipo", denunció.
Pilar, Beatriz y Manuel son tres de los 79 españoles que han decido regresar a España en el avión dispuesto por el Gobierno dadas las dificultades para encontrar billetes en líneas comerciales; dificultades que algunos de los residentes habían denunciado. Tras el aterrizaje, los viajeros que así lo desearon se sometieron a los controles médicos dispuestos por el Ministerio de Sanidad y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Tal y como ha confirmado la directora general de Salud Pública y Sanidad Exterior, Carmen Amelas, ninguno de los españoles procedentes de Japón está contaminado. Tampoco se encontró restos de radiactividad en sus ropas y equipajes, ni en el avión.