pekín. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer de que la detección de contaminación radiactiva en los alimentos procedentes de las zonas más afectadas por la actual emergencia nuclear de Japón supone un problema "más grave de lo que se esperaba".
"Claramente se trata de una situación grave", declaró el portavoz de la oficina de la OMS para el Pacífico Occidental, Peter Cordingley. "Es más grave de lo que se pensaba en los primeros días, cuando se creía que este tipo de problemas se limitaba a un radio de entre 20 a 30 kilómetros", añadió.
Pese a que las autoridades japonesas aseguran que no reviste problemas para la salud, la detección de radiación en vegetales, leche y agua afecta a los mercados de alimentos regionales. El Gobierno prohibió la venta de leche fresca de la prefectura de Fukushima y de espinacas de otras zonas próximas.
Según Cordingley, la OMS no tiene evidencias de que la contaminación de alimentos procedentes de la prefectura de Fukushima, donde se encuentra la planta nuclear, haya afectado a otros países. Sin embargo, admitió que "es lógico suponer que algunos productos contaminados hayan salido de la zona".