El Cairo. La aviación leal a Gadafi volvió ayer a bombardear la ciudad de Ajdabiya, el principal nudo de comunicaciones al este del país. Los ataques son un paso más en la ofensiva del régimen que castiga las posiciones rebeldes antes de atacar directamente Bengasi, 150 kilómetros más al este. Y es que Ajdabiya es la última ciudad importante antes de la capital rebelde y los milicianos que huyen de la zona de Brega, aún no consolidada por las tropas de Gadafi, tratan de organizar allá el último frente. Y son ellos y sus precarias defensas los blancos de la aviación.

Pese a todo los rebeldes mantienen aún la confianza en lograr el derrocamiento del líder libio aún por las armas. A través de uno de los portavoces oficiales del Consejo Nacional Transitorio (CNTR), Mustafa Geriani, aseguraban a última hora que sus fuerzas habían conseguido retomar posiciones en Brega, donde murieron 25 brigadistas de Gadafi y 40 fueron hechos prisioneros. Para aumentar la moral rebelde, Geriani citó los supuestos testimonios de éstos que aseguraron haber combatido "a punta de fusil". Tanto es así que el portavoz del CNTR se atrevió a asegurar que la situación en el frente de Brega está "en tablas". La explicación es que los rebeldes han variado sus tácticas de combate para atacar de noche y eludir el riesgo de la superioridad aérea y artillera de los gadafistas. Pero por si acaso el portavoz de los rebeldes reiteró el llamamiento a la aprobación de la zona de exclusión aérea, aunque matizó que debe ir acompañada de bombardeos selectivos sobre los principales centros militares de Gadafi y sus nudos de comunicaciones.

Arengas La esperanza rebelde es dividir a las fuerzas leales a Gadafi y para ello alientan levantamientos en zona bajo control del Ejército como los que ayer se dieron en la ciudad occidental de Zwara (la última población importante antes de la frontera con Túnez) o en el barrio de Tayura, en Trípoli. Sin embargo, la movilización de los reservistas afines al régimen bastó para controlar, apenas unas horas después, ambos levantamientos con el balance oficial (sin confirmar) de cuatro opositores muertos.

Fallados esos intentos de sublevación, la esperanza real de abrir un nuevo frente que desvíe la atención de Gadafi del área de Bengasi es conseguir que Misrata, situada a unos 90 kilómetros de Trípoli y entre la capital y la ciudad de Sirte, cuna de Gadafi, resista. Pero las noticias que llegan de allá tampoco son alentadoras para los rebeldes. Los ataques se redoblaron ayer tras varios días de cierta calma y la ciudad estaría también a punto de caer.

Vecinos de Misrata citados por las agencias de prensa temían ayer que al anochecer comenzaran de nuevo los combates. Y es que las brigadas gadafistas habían sometido a un severo bombardeo el centro de la población. En éste, el último reducto de la oposición en el oeste, la esperanza pasa por dividir y enfrentar entre sí a los militares que siguen al régimen. A este respecto, los rebeldes insistían en airear la noticia de una supuesta deserción en masa de las brigadas gadafistas, cuestión desmentida por el régimen. ¿El contrataque de Gadafi? ofrecer la amnistía a los rebeldes que se entreguen ahora.