washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró ayer que Estados Unidos y sus aliados están "estrechando el cerco" lentamente sobre el líder libio, Muamar Gadafi, al tiempo que ha subrayado que el establecimiento de una zona de exclusión aérea continúa siendo una opción para presionar al mandatario.
Obama, al que los críticos acusan de estar reaccionado con demasiada lentitud en la crisis de Libia, ha afirmado que cree que las sanciones internacionales, el embargo de armas y el resto de medidas adoptadas por la comunidad internacional están teniendo impacto aunque las otras opciones continúan sobre la mesa.
"Estamos estrechando el cerco lentamente sobre Gadafi a todos los niveles. Está cada vez más aislado internacionalmente", afirmó el mandatario norteamericano. "No he sacado ninguna de las opciones de la mesa", añadió.
el ejemplo de los balcanes Obama incidió en que el mundo tiene el deber de prevenir que se repitan las atrocidades que sucedieron en los Balcanes en los años noventa y ha asegurado que hay que seguir de cerca los acontecimientos en Libia y adoptar las decisiones sobre acciones potenciales mirando caso a caso.
Los críticos con el presidente estadounidense le reclaman que lidere una intervención más contundente, que incluya ayuda militar directa a las fuerzas rebeldes que luchan contra las fuerzas gubernamentales.
El último llamamiento para pasar a la acción ha llegado del ex presidente Bill Clinton, que ha subrayado que Estados Unidos debería imponer una zona de exclusión aérea para permitir una lucha justa entre los insurgentes y las fuerzas de Gadafi. "Yo no lo haría si (los rebeldes) no lo hubieran solicitado pero sus líderes salen en televisión suplicándolo, creo que deberíamos hacerlo", afirmó Clinton en una conferencia en Nueva York.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, subrayó la necesidad de una resolución de Naciones Unidas para lanzar cualquier intervención en Libia.
Obama explicó que el tema de la zona de exclusión aérea será discutido por la OTAN el próximo jueves y ha subrayado que cualquier intervención militar norteamericana debe ser analizada pormenorizadamente.
"Cada vez que envío a las fuerzas de Estados Unidos a una potencial situación y hay consecuencias y es mi trabajo como presidente asegurarme de haya considerado todos esos riegos", dijo. El presidente estadounidense ha afirmado además que nombrará un alto cargo para entrevistarse con la oposición libia para determinar el modo en que Estados Unidos puede ayudarle.