Washington/bruselas. Tanto Europa como Estados Unidos por ahora sólo "estudian" sanciones contra Libia para forzar la caída del régimen del coronel Gadafi. Así se desprende de las informaciones emitidas ayer desde Washington y Bruselas en las que no se explicitan qué medidas se adoptarán.

El Gobierno de Estados Unidos, a la espera de un discurso que Obama ofrecerá previsiblemente hoy, se limitó ayer a nombrar la "posibilidad" de imponer "sanciones" contra Libia por la "violenta represión de las fuerzas del régimen contra los manifestantes opositores". El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, declaró en rueda de prensa que Estados Unidos colabora con Naciones Unidas para adoptar cualquier posible medida contra Libia. "Muchas opciones están siendo revisadas, como sanciones", admitió aunque sin concretar. En la misma línea el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, también aludido al "amplio abanico de herramientas y opciones" que están sobre la mesa, pero no concretó.

Europa Por su parte la Unión Europea (UE) acordó ayer "preparar" sanciones contra el régimen de Gadafi. Los Veintisiete decidieron encargar a sus expertos la exploración de las medidas concretas, que podrían pasar por la congelación de activos de dirigentes libios, prohibiciones para entrar en territorio comunitario, un embargo de armas y otras iniciativas "a estudiar" en los próximos días. "No hay una lista de sanciones, no se han tomado decisiones, pero hay una clara disposición", aseguró un alto funcionario europeo tras la reunión del Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea (COPS). Según esa fuente, actualmente se baraja "un amplio abanico" de medidas, que tampoco quiso desvelar para "garantizar su efectividad".

Ayer el presidente francés, Nicolas Sarkozy, consideró necesario, entre otras cosas, suspender todas las relaciones económicas, comerciales y financieras con Libia. La clave es que la economía del país africano depende en gran medida de las exportaciones de gas a Europa, que para el bloque comunitario, sin embargo, no tienen una importancia capital, pues suponen una pequeña parte de su suministro global.

Eso sí, hay que aclarar que por ahora la UE como tal no se plantea sanciones comerciales, que serían tomadas de forma individual por los países miembros.