Bruselas. Decenas de miles de estudiantes se concentraron ayer en varias ciudades de Bélgica para criticar, en un ambiente festivo, el récord mundial de días sin gobierno que el país estableció ayer a medianoche. La movilización, bajo el lema Revolución de las patatas fritas (en referencia a uno de los iconos gastronómicos belgas), fue organizada por la plataforma No en mi nombre, que reúne a una treintena de organizaciones estudiantiles.
En Bruselas, entre 1.100 personas, según la policía local, y 2.500, según los organizadores, participaron en el acto, celebrado frente al Palacio de Justicia para marcar los 250 días sin gobierno que cumple el país este viernes. Los asistentes enarbolaropn banderas belgas y corearon canciones populares con letras readaptadas a la situación política.
Sobre un escenario fueron desfilando jóvenes que, dirigiéndose a los presentes en francés y en neerlandés, expresaron el hartazgo con la clase política y defendieron la unidad del país.
La plataforma organizadora del evento desplegó carteles reivindicando la creación de una circunscripción electoral federal y el mantenimiento de una Seguridad Social nacional. La iniciativa se suma a una serie de actividades organizadas por los universitarios del país en Gante, Amberes, Lieja y Lovaina para lanzar, a través de la fiesta, un mensaje a favor de un acuerdo y en contra de una hipotética división del país entre flamencos y francófonos. En Gante, varias decenas de estudiantes se quedaron en ropa interior en una plaza del centro de la ciudad.
Sólo en la pequeña ciudad universitaria de Lovaina la Nueva, más de 1.500 personas urgieron a los políticos a formar cuanto antes gobierno.
Bélgica ha batido el récord mundial de periodo sin gobierno tras unas elecciones generales que hasta ahora ostentaba Irak con 249 días.
Desde junio, el rey Alberto II ha nombrado sin éxito a distintos mediadores para tratar de acercar posturas entre los siete partidos políticos (flamencos y valones) implicados en las negociaciones para una profunda reforma de Estado, requisito previo para la formación de un nuevo Ejecutivo. El propio De Weber y el líder socialista francófono, Elio di Rupo, han asumido sin resultados esta misión. Ahora es el viceprimer ministro y ministro de Economía, el liberal francófono Didier Reynders, el que trata de desbloquear una situación que, además, está perjudicando la imagen de Bélgica en la Bolsa.
Entre tanto, Bélgica ha ejercido la presidencia europea de la Unión Europea durante el segundo semestre de 2010 y ahora su Gobierno en funciones, dirigido por el democristiano Yves Leterme, trabaja para sacar adelante los presupuestos para 2011, bloqueados también por la situación.