ISLAMABAD. El atentado tuvo lugar en una instalación del Regimiento de Punyab situada en Mardán, ciudad de la volátil provincia de Khyber-Pakhtunkhwa.
El menor de edad, vestido con un uniforme escolar, logró penetrar en el recinto y hacer estallar el chaleco suicida que portaba.
La fuente militar aseguró que 31 reclutas perdieron la vida, sin especificar el número de heridos.
Consultada por Efe, una fuente de la Policía de Mardán añadió que el ataque se registró mientras las víctimas rezaban y calculó la cifra de heridos en 35.
El centro se halla en una zona militar restringida, como muchas otras en el país que albergan instalaciones o academias castrenses, por lo que lanzar ataques en ellas acostumbra a ser más complicado que en mercados o mezquitas.
La Policía y el Ejército son blancos habituales de los grupos insurgentes, que combaten a las fuerzas de seguridad en varios puntos del conflictivo noroeste y las áreas tribales fronterizas con Afganistán.
Durante las últimas semanas los combates más crudos están teniendo lugar en la zona tribal de Mohmand, escenario en el pasado de operaciones militares.
Cuando las fuerzas de seguridad lanzan ofensivas, los insurgentes acostumbran a refugiarse en zonas tribales vecinas o en ciudades del noroeste paquistaní, en algunas de las cuales tienen lugar atentados no sólo contra el Ejército sino contra comités antitalibanes, objetivos gubernamentales o civiles.
Según un estudio del Instituto de Pakistán para Estudios de Paz (PIPS), en 2010 se registraron un total de 2.113 ataques insurgentes, terroristas o de corte sectario, que acabaron con la vida de 2.913 personas y causaron heridas a otras 5.824.