EL CAIRO. Un ambiente tenso, salpicado por llamamientos a la paz, reina hoy en la plaza Tahrir de El Cairo, que está tomada por miles de manifestantes contrarios al régimen de Hosni Mubarak, mientras sus partidarios se sitúan en los alrededores de la misma.
Las tropas del Ejército controlan los accesos a esta plaza, símbolo de la revuelta popular que sacude Egipto desde hace diez días, y tratan de evitar que se repitan los duros choques entre partidarios y opositores a Mubarak.
Estos enfrentamientos, que comenzaron ayer al mediodía, se han saldado con siete de muertos y al menos 1.200 de heridos, dijo hoy a Efe un portavoz de Movimiento 6 de Abril, promotor de las protestas, citando a fuentes médicas de la plaza Tahrir (plaza Liberación).
Entre las víctimas, cinco de los fallecidos y una docena de los heridos se produjeron esta madrugada debido a los disparos efectuados por partidarios de Mubarak desde el cercano puente 6 de Octubre con armas automáticas, según uno de los médicos que trabaja en un puesto de primeros auxilios situado en la plaza.
El punto más crítico a las 10:30 hora local (08:30 GMT) se sitúa cerca del Museo Egipcio, en la calle que comunica Tahrir con la plaza de Abdel Menem Riad, donde se ha situado un cinturón de contención de militares y civiles apoyados por dos tanques que intentan calmar la situación.
Los partidarios de Mubarak, que se cuentan por decenas, han sido expulsados de la plaza Tahrir, y desde zonas adyacentes a la plaza de Abdel Menem Riad lanzan piedras e incluso algún cóctel molotov.
Primero, centenares de ellos se situaron en el puente 6 de Octubre, pero los militares les desalojaron de ese lugar.
En la calle del museo, sembrada de piedras, se ubican media docena de tanques, que apuntan hacia este puente, y un poco más adelante en esta misma vía hay una barricada.
Un jeep, dos coches y dos camiones del Ejército totalmente calcinados forman esta barrera, cerca de la cual hay un puesto de asistencia médica en el que también se reparten comida y agua.
Mientras, muchos de los opositores a Mubarak patrullan la plaza Tahrir armados con palos y ondeando banderas de Egipto.
En sus rostros se ven marcas de los violentos incidentes ocurridos en este lugar, y una gran parte lleva esparadrapos y vendas en la cabeza y otros el brazo en cabestrillo.
En otro de los accesos a Tahrir, el puente de Kasr el Nil, próximo al edificio de la Liga Árabe, se sitúan tres tanques, que apuntan hacia la plaza, hacia el puente y hacia una de las sedes del Ministerio de Exteriores.
La tensión desborda a los manifestantes que sujetan cada cierto tiempo a alguna persona que consideran pertenece al bando contrario para entregársela a los militares.
En la plaza, donde gran parte del pavimento está levantado, hay muchas piedras agrupadas en montones, listas para ser utilizadas como proyectiles.