El cairo. Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo de oposición en Egipto, no han asumido la dirección de la revolución contra el régimen del presidente Hosni Mubarak, sino que han decidido actuar con pragmatismo, a base de buscar alianzas con los opositores laicos y el Ejército. Los Hermanos, cuyo ideario se basa en el establecimiento por medios pacíficos de un estado islámico en Egipto, tienen sus antecedentes a finales del siglo XIX, cuando el integrismo islámico se organizó en El Cairo como fuerza nacionalista contraria a la administración británica. Su prioridad ahora es crear un comité político "amplio" que incluya al reconocido opositor Mohamed El Baradei y cuyo principal objetivo sería "negociar" con las Fuerzas Armadas, según declaró ayer un dirigente de la organización, Essam el Erian. "Estamos discutiendo la formación de un comité de negociación amplio para asuntos políticos que incluya al doctor El Baradei, que refleje la voluntad del pueblo y que negocie con el Ejército", declaró El Erian a Reuters. "Los Hermanos Musulmanes no toman decisiones por sí mismos sin contar con las fuerzas nacionales", añadió.
Pero una cosa es tratar de unir fuerzas y otra muy distinta no marcar posiciones. Así la hermandad rechazó ayer mantener cualquier diálogo con el nuevo primer ministro, general Ahmed Shafiq, y criticó al presidente, Hosni Mubarak, por haberlo propuesto. "Ahmed Shafiq y Omar Suleiman (vicepresidente) son pilares del régimen y han participado en su injusticia y su corrupción, y de sus manos nunca se conseguirán reformas ni democracia", declaró uno de los dirigentes de los Hermanos, Mahmud Gazali. "Sólo queremos dialogar con el Ejército, el único en el que confía el pueblo, para llegar a un acuerdo sobre el traspaso del poder de una manera pacífica", insistía Gazali.
El mandatario islamista aseguró que la propuesta de Mubarak para dialogar con la oposición "llega muy tarde" y agregó que "el pueblo rechaza todas estas caras de Mubarak, Shafiq y Suleiman". El dirigente de los Hermanos insistió, además, en que la única petición del pueblo sigue siendo derrocar al régimen y que en caso de que Mubarak no deje la presidencia, los ciudadanos permanecerán en la calle hasta que le derroquen. Según Gazali, el grupo islámico rechaza a Mubarak y a todo su Gobierno y califica las propuestas para dialogar con la oposición de intentos de "engañar al pueblo hasta que se tranquilice".