el cairo. Los egipcios mantienen las protestas en las calles del país y siguen desafiando el toque de queda con el objetivo de que la presión lleve al presidente Hosni Mubarak a poner fin a su mandato. Así, Egipto se prepara para acoger hoy una gran manifestación a la que han denominado "la marcha del millón de personas".
El Movimiento 6 de Abril ha convocado una masiva manifestación para recuperar el ritmo de las protestas del martes y viernes pasados, a partir del mediodía, y que quiere darle un ambiente festivo, con música y otros espectáculos.
"Mañana seremos un millón", afirmó Amr Abdu Ramhan, uno de los manifesantes que se encontraban ayer en la plaza Tahrir.
Esta nueva convocatoria no es sino una prolongación de las protestas que protagonizan desde hace una semana miles de egipcios en la plaza Tahrir. El acto de ayer se desarrolló sin incidentes a pesar de que la Policía volvió a las calles después de estar ausente durante tres días.
Por su parte, el Movimiento 6 de Abril, que lanzó la campaña de manifestaciones el martes pasado en una iniciativa que cuenta con el apoyo de otros grupos opositores, defendió que la protesta de ayer se estaba desarrollando pacíficamente.
"Hasta ahora no han hecho nada", dijo uno de los portavoces del moviminto, Bara Magdi, refiriéndose a las fuerzas policiales, que recibieron órdenes para volver a desplegarse en las calles, tras el desorden público del pasado fin de semana.
No se dieron explicaciones sobre las razones que motivaron al régimen de Mubarak a ordenar la retirada de la Policía el viernes por la noche y encargar al Ejército la misión de salvaguardar la seguridad.
Los soldados, que se colocaron en puntos estratégicos de la capital y en algunos barrios de El Cairo, no pudieron evitar los actos de pillaje y el caos en muchos sectores urbanos que hubo el pasado sábado.
Se temía que, al volver de nuevo la Policía a las calles, se desataran de nuevo estas escenas de violencia, en las que murieron más de cien personas y miles más resultaron heridas, pero las nuevas órdenes recibidas por los agentes eran evitar al máximo esa violencia. Como en las jornadas previas, y coincidiendo con el toque de queda, que ayer comenzó a las 15.00 hora local (13.00 GMT), miles de personas acudieron a la plaza Tahrir para participar en la protesta, dentro de un ambiente festivo.
En este lugar del centro de la capital la imaginación comenzaba a expresarse en imágenes pintorescas. En un punto, la población había juntado basura en un montón, coronándolo con un cartel: "Esta es la tumba del Gobierno de Mubarak".
La normalidad que se vivía ayer en las calles de El Cairo se correspondía con la normalización institucional que representó la toma de posesión de los nuevos ministros, dos días después de que fuera reemplazado el jefe de Gobierno.
El gabinete del general Ahmed Shafiq juró su cargo frente a Mubarak. No hay sorpresas en carteras claves, como Asuntos Exteriores y Defensa, donde se mantienen sus titulares, pero sí hubo un relevo en el Ministerio del Interior.
"Este nuevo gobierno solo representa a Mubarak, se trata de figuras corruptas, pero no se ha hecho eco de los requisitos del pueblo", afirmó el portavoz del Movimiento 6 de Abril al comentar la formación del nuevo gabinete.
Aunque las manifestaciones de ayer fueran pacíficas y se asumiera el nuevo Gobierno, Egipto sigue con los bancos cerrados, las oficinas públicas a medio ritmo y con un toque de queda que se extiende por diecisiete horas.