Lisboa. El presidente de Portugal, el conservador Anibal Cavaco Silva, consiguió la reelección en primera vuelta las elecciones celebradas ayer, según las proyecciones a pie de urna dadas a conocer por varias cadenas de la televisión lusa.

El jefe de Estado obtiene el 57,1% de los votos, en el recuento oficial de casi el 70% de las circunscripciones electorales del país, según datos de la Comisión Nacional Electoral. Los sondeos ya le otorgaban entre el 51,2% y el 58%, en tanto que su principal rival, Manuel Alegre, del Partido Socialista que gobierna Portugal, logra entre un 17,1% y un 21%.

Los sondeos de tres cadenas de televisión coincidieron en otorgar al líder histórico del Partido Social Demócrata (PSD y principal de la oposición parlamentaria) un holgado margen por encima del 50% de votos necesarios para ser proclamado presidente en una sola votación.

La jornada electoral registró, según las mismas proyecciones, una alta abstención, entre el 49% y el 54 %, y antes del cierre de los colegios de votación, la Comisión Nacional de Elecciones, reconoció que se habían producido fallos en el sistema informático y en la utilización del carné digital de ciudadano. Los colegios abrieron a las 08.00 hora local y GMT y cerraron a las 19.00 en el Portugal continental y el archipiélago de Madeira, aunque la votación no se dio por concluida hasta su finalización, una hora después en las occidentales islas Azores.

Tanto Cavaco como Alegre exhortaron a la población a acudir a las urnas y desafiar el clima anormalmente frío que vive Portugal estos días, sumido además en una grave crisis económica que dominó las dos semanas de campaña electoral.

Si el escrutinio oficial de los comicios confirma la victoria del líder conservador, Portugal vivirá una nueva cohabitación política con el PSD en la jefatura del Estado y el primer ministro, el socialista, José Sócrates, en el poder Ejecutivo.

Cerca de 9,6 millones portugueses estaban llamados a las urnas para escoger el próximo presidente del país, cargo al que aspiran seis candidatos, aunque solo Cavaco, con más del 50% de intención de voto, y Alegre, con la mitad de ese apoyo, tenían opciones reales de llegar al cargo en primera o segunda vuelta.

alta abstención La sombra de una alta abstención planeó sobre la jornada electoral desde que se conocieron los primeros datos de afluencia a los colegios electorales, y cuando acudieron a las urnas los candidatos y las autoridades llamaron a la población a votar.

En las presidenciales de 2006, en las que fue elegido Cavaco con mayoría absoluta en primera vuelta, la abstención final se situó en el 38,47%, aunque en la votación anterior, en 2001, cuando Jorge Sampaio fue reelegido con el 55,55% de los sufragios, fue mucho mayor, del 50,29%.

Los centros de votación abrieron a las 8.00 hora local en el Portugal continental y el archipiélago de Madeira, y cerraron en estos territorios a las 19.00 horas, aunque la elección seguía abierta hasta su finalización, una hora después, en las occidentales islas Azores.

Cavaco, de 71 años, al emitir el voto expresó su deseo de que "sea conocido ya el futuro presidente de la República", en alusión a su esperanza de evitar una segunda vuelta.

El poeta y diputado socialista Manuel Alegre, principal rival del actual presidente, manifestó su confianza de que la ola de frío que afecta al país no perjudique un día de "grandes decisiones" para el pueblo.

El tercer aspirante a la presidencia con mayor apoyo, según las encuestas, el médico Fernando Nobre, que tiene un 10% de intenciones de voto, también animó a los portugueses a votar, en tanto su rival comunista, Francisco Lopes, exhortó a actuar con conciencia ante la "situación tan difícil" del país.

El primer ministro luso, José Sócrates, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, alentaron a acudir a las urnas. "Todas las elecciones son la celebración de la democracia", recalcó Sócrates.

Durao Barroso, primer ministro luso entre 2002 y 2004 por el centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD), al que pertenece Cavaco, reconoció que Portugal vive un momento especial y las elecciones "tienen también un significado especial".