Bruselas. El rey de Bélgica, Alberto II, se niega a aceptar que siete meses después de las elecciones legislativas celebradas el 13 de junio de 2010 -se cumplen ya 212 días- flamencos y francófonos siguen sin ponerse de acuerdo ni sobre la reforma del Estado que quieren ni sobre el gobierno que debe llevarla a cabo. Ayer, el monarca rechazó la dimisión presentada la semana pasada por el conciliador nombrado el pasado 21 de octubre para sacar al país del impasse en el que vive, el senador socialista Johan Vande Lanotte, y le encargó un nuevo intento junto con los dos políticos que salieron reforzados de las urnas, el nacionalista flamenco Bart de Wever y el socialista francófono Elio Di Rupo.

Alberto II pidió a Vande Lanotte, cuya madre falleció precisamente el lunes por la noche, que tome todas las iniciativas "útiles" bajo "un diálogo privilegiado con los presidentes de los dos grandes partidos" para salir "lo más rápido posible del impasse político actual" porque de esta forma "el bienestar de todos los ciudadanos de nuestro país será preservado", anunció ayer el Palacio de Laeken a través de un comunicado. Una nueva fórmula de compromiso que sitúa de nuevo a De Wever y Di Rupo en el centro de la negociación y a la que tras varios días de contactos Vande Lanotte accedió ayer.

Antes de encontrarse con el socialista flamenco, el rey también recibió a los presidentes de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) y del Partido Socialista. Los tres dirigentes mantendrán hoy miércoles un primer encuentro tras el rechazo de fondo suscitado por muchas de las iniciativas incluidas en la propuesta presentada por Vande Lanotte la semana pasada para sacar el país del estancamiento político en el que vive, con un gobierno en funciones incapaz de poner en marcha las reformas de calado que necesita el país para hacer frente a la crisis económica. De hecho la petición real llega apenas un día después de que se encontrara con el primer ministro en funciones, Yves Leterme, y de que le encargara un recorte del déficit presupuestario todavía más acusado del previsto para este año para hacer frente a las dudas de los mercados financieros. Y es que Bélgica también está en su punto de mira y muchos lo incluyen entre los países candidatos a ser rescatados financieramente. El presupuesto para este año prevé un déficit público del 4,1%, pero la prima de riesgo frente al bono alemán sigue elevándose y la preocupación se extiende.

ladillo Es la quinta misión que Alberto II ha encomendado tras las elecciones de junio y la segunda consecutiva al actual mediador, que asumió por primera vez el cargo el 21 de octubre. Di Rupo y De Wever han participado en anteriores misiones de "preformación" y "concilición", también sin éxito. Vande Lanotte deberá conseguir una nueva fórmula de consenso entre unos y otros después de que fracasase su última propuesta, que se centraba en la cesión a las regiones del 26% del impuesto sobre la renta, una iniciativa que, sobre el papel, debía contentar a los flamencos. El N-VA, la formación vencedora de los últimos comicios anticipados, no aceptó esa propuesta, ni tampoco el resto de medidas, como la escisión del distrito electoral que une a Bruselas con su periferia flamenca; la supresión del Senado; la modificación de la financiación de la región de la capital y la descentralización de más competencias, como las del Ministerio de Justicia.