Londres. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, compareció brevemente ayer ante un tribunal londinense antes de la audiencia que el mes próximo deberá dictaminar si concede a Suecia su extradición el 7 de febrero para ser juzgado por delitos sexuales.

Assange, denunció también una campaña de las autoridades estadounidenses, que están intentando recoger informaciones para lanzar un procedimiento judicial contra él, y consideró que su arresto domiciliario en Inglaterra es "una situación orwelliana". "Estoy vigilado de forma permanente", se quejó Assange en una entrevista emitida ayer por la emisora France Info, y aunque reconoció estar "acostumbrado a este tipo de presión (...) la situación actual es tal vez la más dramática que he vivido hasta ahora", dijo, aunque aseguró que "pase lo que pase, seguiremos".

Assange dijo sentirse respaldado porque en todo el mundo "nuestros simpatizantes y nuestros defensores siguen luchando por nosotros". "No soy el único amenazado, todos los miembros de nuestro equipo lo están", comentó y se refirió al caso de un joven analista en prisión desde hace 230 días en Virginia a la espera de un proceso contra él de la justicia estadounidense.

El fundador de Wikileaks, al que Suecia pretende extraditar desde el Reino Unido para juzgarlo por delitos sexuales, criticó que las autoridades estadounidenses estén tratando de reunir informaciones de sus seguidores en Twitter sobre él mismo y sobre otras personas implicadas en la difusión de un vídeo acerca de la muerte de una veintena de personas, incluidos dos periodistas de Reuters, en Bagdad en 2007. "Se trata de una tentativa evidente destinada a forzar a la gente a que dé informaciones para lanzar procedimientos judiciales contra mí y contra mi equipo", indicó. >e. p./efe