Roma. A diferencia de lo ocurrido hace una semana, cuando la capital italiana fue escenario de una batalla campal, las protestas de miles de estudiantes contrarios a la reforma universitaria que impulsa el Gobierno de Silvio Berlusconi fueron ayer mucho menos violentas, aunque igual de contundentes. La nueva jornada de manifestaciones se había programado con motivo de la votación de la ley en el Senado, que finalmente se pospuso hasta mañana.

Después de los graves altercados del pasado 14 de diciembre en Roma, que se saldaron con unos sesenta detenidos y un centenar de heridos, las protestas transcurrieron ayer de un modo mucho más calmado, con miles de manifestantes ocupando las calles de las principales ciudades del país. La capital italiana, escenario de una auténtica batalla campal la semana pasada mientras Berlusconi superaba una moción de censura, se había preparado a conciencia para las protestas de ayer, con un amplio despliegue policial que protegió de modo especial el centro de la ciudad. Finalmente, la multitudinaria manifestación de estudiantes, que protestan contra los recortes de la llamada reforma Gelmini (nombre de la ministra de Educación, Mariastella Gelmini), se desarrolló con normalidad, aunque generando algunos problemas en el tráfico de la ciudad, sobre todo en las vías de circunvalación.

Unas diez mil personas, según el diario La Repubblica, se concentraron en Roma en una manifestación para la que también habían sido prevenidos los medios de transporte público y los propios ciudadanos, que hicieron que el centro urbano estuviera menos concurrido de lo habitual. "Podemos permitirnos un suspiro de alivio y decir que las feas imágenes del martes negro de Roma no se han repetido", comentó el alcalde de Roma, Gianni Alemmano, durante un acto. "El hecho de que no se hayan verificado enfrentamientos deriva de la mayor responsabilidad que han demostrado los estudiantes y de la gran profesionalidad de las fuerzas del orden, que han efectuado un sistema disuasorio eficaz y convincente, que ha impedido nuevos incidentes y nuevas provocaciones", añadió.

Altercados aislados A pesar del tono pacífico prácticamente generalizado, fiel a las promesas que las asociaciones estudiantiles habían hecho en los últimos días, en Milán y en Palermo se registraron algunos altercados y enfrentamientos con la Policía. En la capital siciliana, los manifestantes lanzaron huevos, naranjas y petardos después de no conseguir entrar en el palacio de Orleans, sede de la presidencia de la región insular, tras lo que la policía tuvo que sacar las porras para disuadir a los más violentos.