SIDNEY. "Según nuestras informaciones, que están sin confirmar, habrá unos 50 muertos y 33 heridos", indicó la portavoz de la organización Flying Doctors, Lesleigh Green, según los medios australianos.
El primer ministro en funciones de Australia, Wyane Swan, confirmó la muerte de "varias personas" en el naufragio, pero sin ofrecer datos concretos del número de víctimas y de gente rescatada, según la cadena de televisión ABC.
Swan señaló que los equipos de rescate, en los que participan efectivos de la Armada, afrontan condiciones "muy difíciles".
Por su parte, la primera ministra del país, la laborista Julia Guillard, anunció que acortaba sus vacaciones estivales y que regresaba hoy mismo.
Se cree que a bordo de la embarcación de madera viajaban entre 70 y 100 inmigrantes de Oriente Medio, principalmente iraquíes e iraníes.
La embarcación se estrelló de madrugada contra los acantilados de esta isla, donde Australia mantiene un centro de detención de inmigrantes, cuando intentaba acercarse a la orilla con el mar muy agitado y fuerte oleaje.
"Hemos tirado cuerdas desde el acantilado y al menos dos centenares de chalecos salvavidas. Unas 15 o 20 personas han conseguido ponerse los chalecos pero hay cuerpos por todas partes en el agua. El oleaje es increíblemente grande", declaró al rotativo "The West Australian" un residente, según el cual, entre las víctimas hay bebés, niños y mujeres.
Los medios de comunicación australianos difunden fotografías que muestran al barco entre rocas y a varios náufragos, algunos con chalecos salvavidas, que intentan mantenerse a flote entre el oleaje y en medio de los restos de la embarcación.
"Su motor no funcionaba y perdieron toda la fuerza. Al principio parecía que todo iba bien y que podrían acercarse a la cueva Flying Fish, pero luego vino una ola enorme y los estrelló contra el acantilado", añadió el testigo.
Otro residente, Simon Foster, manifestó que el mar ha estado "más agitado que nunca" desde anoche.
"Hay tantos desechos en el agua que no llegas a distinguir los restos del barco de las personas", añadió el australiano.
A través de un comunicado, la Policía Federal de Australia informó de que "la respuesta está en marcha y la prioridad es la seguridad de todas las personas afectadas por el accidente".
Miles de inmigrantes sin papeles viajan todos los años a Australia en busca de un trabajo y una nueva vida.
Ante la situación, las autoridades australianas comenzaron a impedir su entrada en el país para que no pudiesen pedir asilo y a reubicarlos en terceros países de la región, en centros donde el ACNUR podía tramitar sus papeles.