manila. Unas 3.000 personas abandonaron ayer sus casas después de que el volcán Bulusan escupiera una enorme columna de ceniza y vapor de dos kilómetros de altura en el este de Filipinas, informaron fuentes oficiales. Al primer estruendo le siguió una serie de pequeñas explosiones que duró casi diez minutos e hizo temer lo peor a los residentes, según el Instituto de Vulcanología y Sismología (Phivolcs). Se trata de la mayor actividad desde que el pasado 6 de octubre despertara tras años de letargo el Bulusan, situado en la provincia de Sorsogon, unos 250 kilómetros al sureste de Manila. En la imagen, la gente expectante viendo su erupción. Foto: efe