BANGKOK. Bout fue trasladado en medio de fuertes medidas de seguridad y escoltado por agentes especiales desde la prisión en la provincia de Nonthaburi hasta el aeropuerto de las Fuerzas Aéreas de Don Mueang, donde no se permitió la entrada de la prensa, informa la agencia local TNA.

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, había informado este martes a su gabinete de que Bout sería finalmente extraditado a Estados Unidos como había reclamado Washington, sin que su Gobierno pusiera objeccones.

Finalmente, el presunto traficante de armas partió a bordo de un avión especial estadounidense a las 13:30 horas. El Tribunal de Apelación había dictaminado el pasado 20 de agosto que Bout debía ser extraditado a Estados Unidos, donde se le reclama por conspiración para matar a estadounidenses, conspiración para adquirir y usar misiles antiaéreos entre otros delitos. El empresario ruso había sido detenido en Bangkok en marzo de 2008.

En su veredicto, el tribunal había decretado que la extradición debería realizarse en el plazo de 90 días, es decir, antes del 19 de noviembre. El Tribunal de Apelación revocó con su decisión el veredicto de una corte de primera instancia que un año antes había rechazado la solicitud de extradición.

Bout, un ex piloto de la fuerza aérea soviética de 43 años, ha negado cualquier implicación en actividades ilegales, incluido el tráfico de armas, a zonas en conflicto en Africa, Sudamérica y Oriente Próximo y asegura que dirige un negocio legal. Su arresto se fue resultado de la actuación de agentes estadounidenses que se hicieron pasar por compradores de armas para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

REACCION DE MOSCU

La reacción del Gobierno ruso no se ha hecho esperar. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores ha tachado de "ilegal" la medida. "Indudablemente, la extradición ilegal de Bout es un resultado de la presión política sin precedentes sobre el Gobierno tailandés y las autoridades judiciales por Estados Unidos", reza el texto, recogido por la agencia RIA Novosti.

Se trata, según el departamento que dirige Sergei Lavrov, de una "injerncia en la administración de la Justicia" y "cuestiona la autonomía del sistema judicial de Tailandia y de las decisiones tomadas por el régimen tailandés". El propio Lavrov, quien se encuentra de visita en Kenia, catalogó lo ocurrido con Bout como "flagrante injusticia".

Asimismo, Exteriores ha dejado claro que continuará defendiendo al empresario ruso y tomando "las medidas necesarias para proteger los derechos legítimos de Bout (...) conforme a la Constitución de Rusia y las normas del derecho humanitario internacional".