WASHINGTON. EEUU renueva hoy la Cámara de Representantes, 37 senadores, otros tantos gobernadores y distintos puestos estatales y locales. Los votantes deciden además sobre una variedad de temas. En California, por ejemplo, podrían aprobar una medida que legalizaría la posesión de marihuana.

Las encuestas adelantan que los republicanos se harán con el control de la Cámara de Representantes, que tendrán también la mayoría de los puestos de gobernadores estatales y que avanzarán en el Senado pero no obtendrán la victoria.

El blog FiveThirtyEight, que predijo correctamente los resultados en todos los estados del país durante las presidenciales del 2008, prevé que los republicanos se hagan con 48 de 100 escaños en el Senado, con 233 de los 435 en la Cámara de Representantes y 30 de los 50 puestos de gobernadores. "Va a ser un gran día", dijo hoy el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes John Boehner, tras votar en Ohio.

De momento, la jornada transcurre sin incidentes dignos de mención en todo el país

Con los datos de los sondeos sobre la mesa y vaticinios triunfalistas como el de Boehner, los analistas se dedican ya a debatir si el "giro a la derecha" será temporal o permanente.

La última encuesta conjunta del diario Wall Street Journal y la cadena de televisión NBC muestra que el 62 por ciento de los que prevén respaldar a los republicanos describen su voto como una decisión temporal, mientras que otro 28 por ciento asegura estar haciendo un cambio de alianzas políticas a largo plazo.

"Eso me dice que es una reacción impulsiva ante los malos tiempos", aseguraba la pasada noche el comentarista del canal de televisión MSNBC, Chris Matthews.

Juan Williams, del canal de televisión conservador Fox News coincidió con la Casa Blanca en que el previsible voto de castigo a los demócratas es una reacción a la crisis. Un 84 por ciento de los estadounidenses se confiesan descontentos con la economía.

Pero Brit Hume, también en Fox News, dijo que lo que se está cocinando es más profundo. En su opinión, Obama intentó, como lo hizo Bill Clinton tras su llegada al poder en 1993, gobernar desde la izquierda y se ha topado con resistencia en varios frentes en un país de "centro-derecha".

La previsible pérdida del control del Congreso por parte de los demócrtas, que permitió a Obama aprobar una ambiciosa reforma de salud e insuflar miles de millones de dólares para revivir la economía, promete complicar la agenda del presidente.

Para comenzar, los republicanos han adelantado que tratarán de anular la reforma de salud y el avance en otros temas conflictivos como la reforma migratoria y la aprobación de una amplia ley energética se presume todavía más complicado.

El presidente advirtió el lunes que los resultados de las elecciones "tendrán un impacto en las décadas venideras" y pidió a un desanimado electorado que no de la espalda a su agenda de cambio.

Las elecciones que se celebran hoy ponen fin, por lo demás, a una larga y agria campaña, cuyo coste se espera ronde los 4.000 millones de dólares, una cifra récord para unas elecciones no presidenciales.

La gran sorpresa de la temporada fue el movimiento popular "Tea Party" que canalizó el descontento del segmento más conservador de la población con una economía en crisis y el desorbitado gasto del gobierno.

Entre los desenlaces más esperados del día está el de la contienda en Nevada, en la que está en juego la continuidad del líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid, enzarzado en un duro pulso con la republicana Sharron Angle.

Los republicanos han confesado abiertamente que ninguna victoria sería más dulce que la de Nevada.

Se espera que la intensa campaña de movilización de demócratas y republicanos atraiga a unos 90 millones de los 218 millones con derecho a voto a las urnas, lo que representaría una participación récord de algo más del 41 por ciento para unas legislativas.

En total 14 millones de estadounidenses entregaron su voto por adelantado.