Caracas. El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha fracasado en su intento por mantener el control de la Asamblea Nacional después de que la oposición le arrebatara 61 diputados en los comicios legislativos del domingo, logrando así acabar con el monopolio legislativo que ha tenido durante cinco años el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

La maquinaria que movilizó durante la campaña no logró que el PSUV alcanzara la meta impuesta por Chávez de ganar al menos las dos terceras partes de la Asamblea Nacional, es decir, 110 diputados. Los oficialistas tendrán ahora que legislar con 95 diputados, según los resultados del último boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE), que cifra en un 66% la participación. El CNE otorgó también dos escaños al izquierdista Patria Para Todos (PPT), por lo que quedan ahora por definir 7 de los 165 escaños totales. Por el momento no hay porcentajes oficiales de voto relativos a cada una de las candidaturas.

La oposición, reunida en esta ocasión en la Mesa de la Unidad Democrática (MDU), ha regresado al Parlamento por la puerta grande obteniendo 61 escaños y, a partir de enero de 2011 tendrá el poder suficiente para frenar la "revolución bolivariana" de Chávez. "Los que predican la guerra entre venezolanos han sido derrotados", expresó el secretario ejecutivo de la coalición, Ramón Guillermo Aveledo, minutos después de conocer los resultados parciales.

Todavía falta por definir la suerte de nueve diputados por lo reñida que ha sido la votación en algunas regiones. El CNE sólo ha dado los resultados de los circuitos donde la tendencia es irreversible, como el caso de los estados de Zulia y Táchira, donde la oposición ha ganado con una cómoda mayoría, y de Vargas y Carabobo, en los que el PSUV conservó su amplia ventaja. La oposición también asegura haber conseguido el 52% de los votos populares, dato que supondría otro duro golpe para Chávez quien veía estos comicios parlamentarios como una antesala a las elecciones presidenciales de 2012.

control total "Hay que entender dos mensajes muy claros: uno, que la mayoría del país no está con el presidente Chávez y dos, que queda desnudo un Gobierno que utilizó un sistema electoral perverso para tener menos votos pero más diputados", afirmó el dirigente opositor Stalin González. Durante cinco años, el PSUV ha controlado sin obstáculos las decisiones del Congreso (ya que sus escaños superaban los dos tercios para gobernar sin control legislativo) dando a Chávez la posibilidad de poner en marcha medidas determinantes para su revolución, como unas 200 expropiaciones de compañías en sectores vitales como los hidrocarburos y la alimentación, según datos de organizaciones de empresarios. Pero el escenario legislativo que tendrá Venezuela ahora es muy distinto. La oposición, que en 2005 se retiró de los comicios alegando un fraude, retorna con una mayoría que, si bien no es suficiente para llevar adelante sus propias iniciativas, será esencial para poner freno a cualquier proyecto socialista.

Si el PSUV hubiese obtenido 110 de los 165 diputados, Chávez tendría en su poder la posibilidad de aprobar sin ninguna dificultad propuestas de gran envergadura como convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Carta Magna, como lo hizo en 1999.

En caso de que el escrutinio final dé al PSUV por lo menos 99 diputados, Chávez podrá solicitar sin dificultad al Parlamento una ley habilitante que le otorgue plenos poderes para gobernar durante un tiempo vía decreto y sin necesitar de la anuencia de los parlamentarios.

sin discurso de chávez A pesar de este revés, para Chávez las elecciones legislativas de este domingo suponen una "nueva victoria" de la "revolución bolivariana" que puso en marcha cuando asumió el poder en 1999. Al igual que en los comicios regionales de 2008, el jefe de Estado venezolano no dio su acostumbrado discurso en el llamado balcón del pueblo de la sede del Ejecutivo, a pesar de que habían cientos de personas esperándole. En esta ocasión no ha concedido siquiera entrevistas a las cadenas estatales. En la oposición hay quienes se atreven a afirmar que se debe a la supuesta "derrota" que ha sufrido en los comicios, los cuales han sido interpretados por algunos como una caída en la popularidad del mandatario que todavía mantiene una aceptación de entre 40% y 50%, según los sondeos.