nueva delhi. India, el segundo país más poblado del mundo con más de 1.100 millones de habitantes, está preocupado por su explosión demográfica y prepara un plan para llevar el preservativo, puerta por puerta. Se hará con una organización humanitaria que tiene activistas sobre el terreno (llamada Asha, esperanza en hindi), preferentemente a través de una voluntaria cercana a la comunidad, con el objetivo de convencer a los vecinos de la utilidad del profiláctico. El plan aún se está elaborando y se estimó que se iniciará a finales de este año con una prueba piloto en un número limitado de pueblos. El secretario general de la Asociación India de Planificación Familiar, Vishwanath Koliwad, vio con buenos ojos el plan y subrayó la importancia de la información sobre el preservativo incluso por encima de su disponibilidad. El programa ha sido ideado por el ministro de Salud, Ghulam Nabi Azad, quien rechazó la opción de legislar para favorecer un control demográfico.

El último censo en 2001, situó el total de la población en más de 1.100 millones de habitantes, pero el próximo está previsto para 2011 y se espera un aumento sustancial. Según un informe del Ministerio de Salud, más de 37 millones de personas se avinieron en 2008-2009 a métodos de planificación familiar: casi 18 millones usaron el condón, seguido por la píldora anticonceptiva (8,4 millones), los dispositivos intrauterinos (6 millones) y la esterilización (5,3 millones). La tasa de fertilidad india, según datos de 2005 del mismo Departamento, es de 2,6 hijos por mujer. Pero buena parte de la población, particularmente en las zonas rurales, sigue resistiéndose al uso de métodos anticonceptivos.

un problema añadido El aborto de los fetos femeninos y los asesinatos de niñas con pocos años son uno de los fenómenos más preocupantes. En India, el hijo varón perpetúa el linaje, hereda la propiedad y tiene el deber de cuidar de sus padres cuando envejecen, mientras que la dote que deben pagar las familias cuando su hija se casa es tan costosa que muchas de ellas no quieren tener niñas.

Esto hace que, aunque se practiquen en la clandestinidad, estén prohibidas las ecografías para determinar el sexo del feto, con el objetivo de que no se produzcan abortos en gestación ya muy avanzada en función de si es un niño o una niña.