Al menos siete soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) murieron ayer en el sur de Afganistán víctimas de la explosión de dos bombas camineras. Una de las explosiones causó la muerte de cinco militares, y la otra acabó con las vidas de dos, según la ISAF, que no precisó ni los lugares donde ocurrieron los hechos ni las identidades. "La política de la ISAF es dejar los procedimientos de identificación de las víctimas en manos de las autoridades nacionales pertinentes", afirmó la ISAF.
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