París. El Gobierno francés no sólo seguirá adelante con su política de desmantelamiento de campamentos ilegales de gitanos y deportación de sus ocupantes sino que se plantea ampliar las expulsiones en casos de "robos reiterados" o "mendicidad agresiva". Se trataría de acrecentar las posibilidades de deportaciones de extranjeros "en casos de amenaza al orden público por actos repetidos de robo o mendicidad agresiva", anunció ayer el ministro francés de Inmigración, Eric Besson.
Junto al titular del Interior, Brice Hortefeux, y al secretario de Estado de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, Besson anunció que presentará una enmienda a la legislación vigente en este ámbito para que esa medida se pueda aplicar. Es una iniciativa destinada a "luchar de forma más eficaz contra las redes de inmigración clandestina y de trata de seres humanos procedentes de Rumanía y de Bulgaria", añadió Besson, quien encabezará la delegación del Gobierno francés que hoy explicará a varios miembros de la Comisión Europea (CE) la política de Francia en relación con la comunidad romaní.
En poco más de un mes, desde que el pasado 28 de julio el presidente francés Nicolas Sarkozy dio instrucciones a su Gobierno para el desmantelamiento de la mitad de los campamentos ilegales de gitanos y la deportación de sus ocupantes, ya se han evacuado 128 instalaciones de este tipo y se han devuelto a sus países a 977 gitanos.
El ministro del Interior, Brice Hortefeux, también precisó que en lo que va de año más de 8.300 rumanos y búlgaros han sido devueltos a sus respectivos países. Las operaciones de evacuación y desmantelamiento de campamentos ilegales "van a seguir porque son legítimas y necesarias" agregó.
Hortefeux reiteró que no se trata de estigmatizar a ninguna comunidad en concreto, ni de expulsar a gitanos por el hecho de serlo pero tampoco de "cerrar los ojos a la realidad".