jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró ayer, en su último Consejo de ministros antes de reiniciar en EEUU las negociaciones con los palestinos, que viaja a Washington con la intención de "alcanzar una paz duradera y no sólo un alto el fuego temporal".
"Estoy convencido de que si el liderazgo palestino se toma las negociaciones tan en serio como nosotros, podemos alcanzar un acuerdo estable, y no sólo un pacto para un alto el fuego táctico entre dos guerras", dijo a sus ministros el jefe del Gobierno, según un comunicado de su oficina.
El objetivo de Netanyahu ante las conversaciones de paz, que se relanzarán el próximo jueves tras año y medio de estancamiento, será el de: "Alcanzar una paz basada en el reconocimiento, la seguridad, la estabilidad y la prosperidad económica entre los dos pueblos duradera para nosotros y para nuestros hijos", declaró.
El jefe del Ejecutivo reiteró los tres objetivos principales que afrontará en las negociaciones: el reconocimiento de Israel como estado nacional del pueblo judío, el final definitivo del conflicto y por tanto de todas las reclamaciones a Israel y el establecimiento de medidas que garanticen la seguridad del estado.
Eso exigirá medidas que aseguren que "no se va a repetir en Judea y Samaria (Cisjordania) lo que ocurrió en Líbano y la franja de Gaza", en referencia a las retiradas unilaterales de esos territorios en 2000 y en 2005.
En ambos casos, dos organizaciones armadas hostiles a Israel y tipificadas como terroristas en este país, Estados Unidos y la Unión Europea (Hizbulá y Hamás, respectivamente) se hicieron con el control del territorio evacuado, lo que después se tradujo en numerosas hostilidades fronterizas.
El jefe del Ejecutivo israelí y líder del partido conservador Likud no hizo referencia alguna a la demanda palestina de que se detenga la construcción en las colonias judías en Cisjordania y Jerusalén Este, primer escollo con el que se topará el diálogo de paz.
El próximo 26 de septiembre, pocas semanas después de que Netanyahu se siente en la mesa de negociación con el presidente palestino, Mahmud Abás, concluye el cese parcial de la ampliación de los asentamientos en Cisjordania que declaró Israel hace nueve meses para crear un clima que condujese al reinicio del diálogo.
Netanyahu se mostró públicamente contrario a renovar la moratoria y tampoco apoyó la propuesta de su viceprimer ministro Dan Meridor de que la edificación se detenga en las aquellas colonias fuera de los tres grandes bloques de asentamientos que Israel da por hecho quedarán bajo su soberanía en cualquier acuerdo de paz y donde viven la mayoría de colonos.
oposición interna El primer ministro israelí cuenta con un sólido frente interno de oposición a cualquier prórroga de esa moratoria y varios ministros del Likud y del partido ultranacionalista Israel Betenu así lo han declarado públicamente.
Temiéndose decisiones no consensuadas con el resto de los ministros, Silván Shalom, viceprimer ministro y contrario a la prórroga, exigió ayer a Netanyahu que mantenga actualizado al Gobierno sobre "cualquier desarrollo" en las conversaciones de Washington.
Los palestinos advirtieron de que se retirarán de la mesa de las negociaciones si Israel no renueva el cese de la construcción, que, sin ser absoluto ni incluir a Jerusalén Este, ha ralentizado en los últimos meses el vertiginoso crecimiento de los más de 200 asentamientos en territorio palestino ocupado.