PARÍS. El ministro francés del Interior, Brice Hortefeux, aseguró hoy que se están respetando todas las normas comunitarias en la deportación de gitanos, en respuesta al aviso lanzado por la Comisión Europea (CE) en el sentido de que iba a vigilar esas expulsiones.
"Respetamos totalmente las reglas europeas" en materia de libre circulción de ciudadanos, aseguró el ministro horas después de que Francia deportase a Bucarest a un primer centenar de gitanos.
Según el ministro galo, de lo que se trata es de que se cumpla la ley y "cuando un ciudadano europeo no tiene medios de subsistir en Francia, no tiene derecho a quedarse más de tres meses", recordó en declaraciones a la prensa en un acto público celebrado en una pequeña localidad a las afueras de París.
Hortefeux fue más allá, al invitar a la Comisión Europea a que se movilice para conseguir una "integración efectiva" del colectivo gitano.
"Espero que la Comisión Europea demuestre todo su valor añadido en el acceso de los gitanos a la educación, al empleo y a la vivienda, por ejemplo", según el ministro, quien ha invitado a Bruselas a "movilizar su energía, sus esfuerzos" en programas de "reinserción duradera" y de "integración efectiva" de esa minoría.
Su reacción se produce el día después de que el portavoz de Justicia del Ejecutivo comunitario, Matthew Newman, emplazara a Francia a respetar las normas de la Unión en las expulsiones de gitanos.
"Las normas son muy claras y Francia debe respetarlas", dijo Newman, antes de precisar que la expulsión "debe ser proporcionada" y siempre caso por caso, no de forma masiva.
Rumanía y Bulgaria forman parte de la Unión Europea (UE) desde enero de 2007 pero, como ocurre con cualquier nuevo estado miembro, algunos socios comunitarios aplican periodos transitorios con restricciones para los nacionales de estos países, fundamentalmente en materia de trabajo.
En el caso de Francia el periodo de transición es hasta 2012 aunque puede ampliarse dos años más.
Mientras esté vigente, rumanos y búlgaros pueden entrar sin ningún requisito y estar tres meses sin tener que justificar su estancia, pero, a partir de ese periodo, se les puede expulsar si no disponen de una tarjeta de residencia que, a su vez, solo se consigue con un contrato de trabajo.
Sin embargo, no hay ninguna norma que les impida volver a Francia si lo desean, y residir de forma legal durante otros tres meses antes de que puedan volver a ser expulsados.