islamabad. Sólo una pequeña porción de los seis millones de paquistaníes que necesitan desesperadamente alimentos y agua potable han recibido algún tipo de ayuda, mientras Naciones Unidas lucha por combatir la fatiga de los donantes, un hecho causado por la lentitud en la que se desarrollan las inundaciones en comparación con otros accidentes naturales. "Las inundaciones no se producen en 30 segundos pero las necesidades humantarias son mayores que en Haití", afirmó un portavoz de la ONU, Maurizio Giulianio.

Con cientos de aldeas aisladas y las carreteras y puentes cortados por la crecida de los ríos, las raciones alimentarias y el acceso al agua potable sólo ha podido ser distribuido a unos 500.000 supervivientes de las inundaciones, según indicó la ONU.

Por su parte, las organizaciones humanitarias, centradas en frenar el drama sanitario en Pakistán, advirtieron ayer que las enfermedades relacionadas con la contaminación del agua están causando estragos entre cientos de miles de afectados y amenazan con disparar la mortalidad.

"Ya hay muertes. Se puede confirmar que hay brotes de epidemias", dijo ayer el coordinador de emergencias de Unicef en el país surasiático, Óscar Butragueño.

La prensa local había informado en los últimos días del fallecimiento de decenas de personas, sobre todo niños, por el tétanos, problemas de gastroenteritis o respiratorios.

Una fuente de la ONU reconoció ayer bajo condición de anonimato que se ha detectado cólera en al menos veinte pacientes, aunque expuso que el Gobierno paquistaní es reacio a admitir este extremo.

"Veinte casos de cólera no es nada, hay muchos más", amplió horas después tras una rueda de prensa el director en Pakistán de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Guido Sabatinelli.

"Los casos de diarrea aguda están siendo tratados como si fueran cólera. No estamos buscando confirmación, el cólera es endémico en Pakistán", abundó.

El representante de la OMS alertó de que la situación es "muy peligrosa" y de que "el problema aumentará cuando el agua retroceda", por lo que se registrarán más muertes, así que apostó por reforzar la prevención.

Pero las agencias humanitarias apenas pueden llegar todavía a una pequeña fracción de los damnificados por una catástrofe que ha destruido o dañado 1.167 centros médicos y dejado a cientos de miles incomunicados en diversas áreas del país, en especial en la región del norte.

La tragedia se ha cobrado la vida de unas 1.400 personas, según las autoridades paquistaníes, aunque otras fuentes como la ONU elevan la cifra a más de 1.600.

La crisis está lejos de acabar: tres presas en el tercio central del país soportan un altísimo nivel de agua en estos momentos y, aunque en el norte las aguas retroceden, para los próximos días se vuelven a esperar lluvias monzónicas, dijo ayer un portavoz de la NDMA, Ahmad Kamal.