MOSCÚ. El número de muertos en los enfrentamientos entre kirguises y uzbekos en las regiones de Osh y Jalal-Abad, en el sur de Kirguizistán, ascendió a 117, mientras que el de heridos es de casi 1.500, informó hoy el Ministerio de Sanidad de esa antigua república soviética de Asia Central.

Según los últimos datos, 1.485 personas solicitaron asistencia médica, de las cuales 779 fueron hospitalizadas y 602 recibieron tratamiento ambulatorio, informó la agencia AKIpress.

"Seis policías murieron por disparos y otros 17 resultaron heridos de bala en el desempeño de sus obligaciones de garantizar el cumplimiento del régimen de estado de emergencia en la zona de conflicto en las dos regiones", precisó un portavoz del Ministerio del Interior kirguís.

Asimismo, indicó que un total de 847 ciudadanos extranjeros, entre ellos 200 estudiantes turkmenos, fueron evacuados de las zonas en conflicto, donde hoy la situación continúa tensa, a lugares más seguros.

En tanto, Kubatbek Baibólov, nombrado comandante de la región de Jalal-Abad mientras rija el estado de excepción, señaló que las autoridades detuvieron a un sospechoso de organizar y participar en los enfrentamientos étnicos en Osh, de quien no reveló la identidad.

"Puede decirse que se trata de una figura política conocida. En estos momentos ya está prestando declaración y ha dicho que también representantes de otros partidos políticos están relacionados con los desórdenes", declaró.

Agregó que según las declaraciones del detenido, los choques étnicos fueron organizados con el fin de hacer fracasar el referéndum constitucional previsto para el próximo día 27 y para derrocar a las autoridades provisionales que asumieron la dirección del país tras la destitución del presidente Kurbanbek Bakíev.

Por otra parte, un representante uzbeko informó de que los líderes de las comunidades uzbeka y kirguís están reunidos con Baibólov con el fin de reconciliar a las partes y poner fin al conflicto, según informó la agencia rusa Interfax.

"Hemos enviado a nuestros ancianos al encuentro y ahora esperamos para ver con qué regresan", dijo.

Afirmó que el conflicto fue "provocado como choque étnico" cuando "entre ambos pueblos, que viven uno junto al otro, no existen enemigos".

Declaró, al igual que ya lo hicieron una serie de políticos kirguises, entre ellos la presidente interina, Rosa Otunbáyeva, que la familia de Bakíev está implicada en la organización del conflicto, acusación que el derrocado presidente negó la víspera desde Bielorrusia, donde se encuentra refugiado.

Mientras, hoy se reúnen en Moscú los secretarios de seguridad de los países miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), a la que pertenecen Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.

"En las consultas está prevista la elaboración de propuestas de medidas colectivas, orientadas a estabilizar la situación en Kirguizistán, a prevenir enfrentamientos étnicos, a restablecer la ley y el orden y a garantizar la seguridad de los ciudadanos", indicó un portavoz de la OTSC.