MOSCU. Un batallón de paracaidistas rusos ha hecho acto de presencia este sábado en Kirguistán para reforzar la seguridad de las instalaciones militares que Rusia tiene en la ex república soviética ante la ola de violencia étnica que ya se ha cobrado la vida de más de 80 personas, según informaron fuentes de seguridad a la agencia rusa Interfax.

La mayoría, 72, murieron en Osh, epicentro de las revueltas y bastión del ex presidente Kurmanbek Bakiyev, derrocado el pasado mes de abril en una revuelta popular incitada por el actual gobierno interino.

Además, desde la independencia de Kirguistán en 1991 se han producido disturbios étnicos entre la mayoría kirguís y las minorías tayika y uzbeca que viven en el sur del país, una zona predominantemente agrícola.