MOSCÚ. La mayoría de víctimas mortales, 73, se registraron en la región de Osh, mientras que en Jalal-Abad hubo 9 muertos, según informó un portavoz ministerial a la agencia AKIpress.
Agregó que un total de 1.076 personas solicitaron asistencia médica, de las cuales 614 tuvieron que ser hospitalizadas, la mitad de ellas en estado grave, y 383 recibieron tratamiento ambulatorio.
En tanto, Baktibek Alimbékov, comandante de la región de Osh, subrayaba por la mañana que la situación en la zona está bajo control.
"En estos momentos no hay ningún foco de conflicto, se registran pequeñas infracciones, pero no por motivos étnicos", precisó Alimbékov, aunque añadió que la situación es complicada.
Sin embargo, habitantes de la ciudad, que esta mañana amaneció con edificios enteros consumidos por las llamas, informaron que los enfrentamientos se han reanudado.
Mientras, la situación en Jalal-Abad se calmó un poco después de toda una noche de disturbios a pesar del toque de queda, aunque al igual que en Osh, testigos hablan de nuevos choques.
Casi dos mil personas se han congregado ya en el hipódromo local para exigir la dimisión del gobernador de Jalal-Abad, Bektur Asánov, así como la detención y comparecencia ante los tribunales del líder uzbeko local, Kadirzhán Batírov, al que acusan de incitar al odio interétnico.
En tanto, Akmatbek Keldibékov, uno de los líderes del partido Ata-Zhurt, subrayó que para poner fin al derramamiento de sangre es necesario que comience un proceso de diálogo entre kirguises y uzbekos, según informó desde Biskek la agencia rusa Interfax.
"Es necesario que comience este proceso con la mediación de organizaciones internacionales de peso, da igual que sea la ONU, la Organización de Cooperación de Shanghái o la OSCE, lo importante es que comience", dijo.
La presidenta interina de Kirguizistán, Rosa Otunbáyeva, solicitó la víspera a Rusia el envío de fuerzas de paz para poner fin a la violencia étnica en Osh, la segunda ciudad de ese país centroasiático.
Además, Otunbáyeva anunció la apertura unilateral de su frontera con Uzbekistán para el paso de ancianos, mujeres y niños, al vecino país, y añadió que esta medida ha sido recibida con comprensión por las autoridades uzbekas.
Sin embargo, la portavoz del presidente ruso, Tatiana Timakova, señaló ayer que el conflicto en Kirguizistán es un asunto interno y "Rusia aún no ve condiciones para participar en su arreglo".
Informó, no obstante, que el jefe del Kremlin, en su calidad de presidente del Consejo de las Fuerzas de Seguridad Colectiva de los países que son miembros del tratado homónimo, ordenó celebrar consultas para "elaborar medidas colectivas de reacción".
Esas consultas, que se celebrarán mañana, estarán a cargo de los secretarios de seguridad de los países miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), de la que forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguizistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.