SHANGAI. Una colorida ceremonia nocturna con gran despliegue de fuegos artificiales y previa a la apertura oficial del recinto mañana, 1 de mayo, fue el escenario elegido hoy por el presidente chino, Hu Jintao, para declarar inaugurada la Expo de Shangai, la mayor Exposición Universal de la historia.
La ceremonia, que incluyó un abanico de danzas y canciones de todo el mundo, culminó con fuegos, luces, chorros de agua y el resplandor que originó la pólvora sobre el río Huangpu, que atraviesa el recinto ferial.
La Expo de Shangai tiene ya el récord de participantes, con 189 países y 50 organizaciones internacionales, y ahora tiene por delante el reto de ser la más visitada, que logrará si se cumplen las expectativas de sus organizadores, que tienen previsto recibir, al menos, 70 millones de visitantes.
La ceremonia de esta noche contó con la presencia del presidente del Congreso de los Diputados español, José Bono, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, así como el presidente francés, Nicolas Sarkozy, entre otros líderes de los cinco continentes.
El Centro de Actuaciones de la Expo, cuya forma recuerda a una almeja gigante, fue el lugar elegido para la ceremonia, que sus organizadores habían prometido menos espectacular que la de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Un coro de cientos de jóvenes vestidas de rosa acompañó una canción interpretada por la cantante china Song Zuying y el famoso actor Jackie Chan que dio el pistoletazo de salida al evento.
A continuación, se procedió al izado de las banderas de China, de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) y de la propia Expo, con sus respectivos himnos, seguidos de los discursos oficiales.
El presidente del BIE, Jean-Pierre Lafon, pronunció gran parte de su discurso en un esforzado chino mandarín con el que deseó que la Expo de Shanghái contribuya al "despertar social", de modo que las ciudades puedan ser más sostenibles y justas.
A continuación, danzas y canciones de todos los continentes pasaron por el escenario, con actuaciones estelares del pianista chino Lang Lang y del cantante italiano Andrea Bocelli.
Pero el verdadero espectáculo estaba por llegar sobre las aguas del río Huangpu, que atraviesa el recinto ferial y separa así la zona de los pabellones de ciudades, una de las innovaciones de esta Expo, y la de países.
Un espectáculo de luces y fuegos artificiales iluminó la noche de Shangai, que vio navegar por sus aguas cientos de barcos portando las banderas de todos los países participantes, en el marco del puente Lupu, a cuyos pies está situado el pabellón de España.
No sólo por sus números la Expo de Shangai está llamada a marcar época, también por incluir innovaciones como la Zona de Mejores Prácticas Urbanas (ZMPU), que abre por primera vez la Expo a las ciudades, que tendrán pabellones propios, como los países.
La iniciativa responde al tema de esta Expo, "Una ciudad mejor, una vida mejor", que aborda el problema de la urbanización de la sociedad y de cómo mejorar la calidad de vida en las ciudades.
Además, la Expo de Shangai es la primera en convertirse en un evento virtual, ya que tendrá una réplica en internet pensada, sobre todo, para los millones de chinos que no podrán viajar hasta Shanghái para visitarla.
Todos los países han llevado a Shangai lo mejor de cada casa, conscientes de la importancia de China en los ámbitos económico, social y político.
Dinamarca, por ejemplo, trasladó desde Copenhague la escultura de "la Sirenita", uno de sus símbolos nacionales más preciados, que ya espera a los visitantes en el pabellón danés, rodeada de agua traída desde allí.
Para lograr convertir a Shanghái en la mayor Expo de la historia, China no ha escatimado recursos, incluso creó un fondo de 100 millones de dólares para ayudar a que los países más pobres del planeta puedan estar presentes en el evento.
Hasta el hermético régimen de Corea del Norte se decidió a participar en la Expo de su "aliado", y también acudieron a la llamada 22 países que no mantienen relaciones diplomáticas con China.