LA HABANA. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió hoy con el líder cubano Fidel Castro, a quien llama "viejo amigo", para despedirse como mandatario, y lo hizo en un día crítico por la muerte en la isla de un preso político que llevaba 85 días de huelga de hambre.

La muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo, albañil de 37 años preso desde 2003, en ayuno voluntario para pedir un trato carcelario de "prisionero de conciencia", se conoció el martes en la tarde, horas antes de que Lula dejara la cumbre de América Latina y el Caribe en México y viajara a La Habana.

Lula también se reunió con su igual cubano, el general Raúl Castro, hermano menor y sucesor de Fidel, quien ofreció la primera reacción sobre la muerte del preso a instancias de los periodistas brasileños que acompañaban a visitante, cuando ambos recorrían obras en un puerto cerca de La Habana.

El general Castro aseguró que lamentaba la muerte de Zapata, pero agregó que era culpa de Estados Unidos y proclamó que en la isla no hay torturas.

"No hubo torturados, no hubo ejecución. Eso sucede en la base (estadounidense) de Guantánamo" (este de Cuba), afirmó el mandatario en el Puerto de Mariel, al que no se permitió el acceso de la prensa extranjera acreditada en Cuba, por lo cual la versión fue difundida en Brasil.

En declaraciones igualmente exclusivas para periodistas de su séquito, Lula también lamentó la muerte de Zapata, que será sepultado este jueves en su natal Banes, en la provincia oriental de Holguín, zona que, según la oposición, está tomado por policías y agentes de la seguridad del Estado.

"Lamento profundamente que una persona haya muerto por una huelga de hambre", dijo Lula cuando salía en la tarde de su hotel rumbo al Palacio de la Revolución, para reunirse de nuevo con el general Castro.

Medio centenar de presos políticos cubanos pidió a Lula el fin de semana pasado, en una carta abierta, que intercediera por su liberación, y en particular por la de Zapata, pero él dijo que no recibió "ninguna misiva".

Sobre la cita con Fidel Castro, en la que también estuvo Raúl, la prensa oficial cubana dijo que "intercambiaron largamente acerca de diversos e importantes temas, en particular de la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, celebrada en Copenhague, en diciembre pasado".

También hablaron de "los resultados positivos alcanzados en la recién finalizada cumbre por la unidad de América Latina y el Caribe", celebrada en Cancún.

"El Comandante en Jefe felicitó al presidente brasileño por su brillante desempeño al frente de la República Federativa de Brasil que ha elevado el apoyo de la población a niveles nunca alcanzados por un líder de su país", agrega el texto oficial cubano, que agrega otros tópicos habituales.

Fuentes oficiales brasileñas distribuyeron varias fotos de los tres líderes en el jardín de una amplia residencia habanera con piscina, en las que los dos mandatarios en ejercicio aparecen con guayaberas y el ex gobernante con ropa deportiva.

Después de que Lula, que cree suficientes ocho años de gobierno y no aspira a la reelección, se despidiera de los Castro, que llevan 51 años en el poder, los dos mandatarios en activo firmaron en el emblemático Palacio de la revolución de La Habana varios acuerdos bilaterales.

Entre ellos, uno de asociación económica de empresas cubana y brasileñas para las obras del puerto de Mariel, que visitaron en la mañana y en el que ya están comprometidas inversiones de la potencia suramericana que podrían llegar, según fuentes oficiales, a 500 millones de dólares.

Los demás incluyen áreas como salud, infraestructuras, comunicaciones, comercio y producción agrícola.