El plan de rescate a los bancos del Gobierno de EEUU costará 200.000 millones de dólares (135.000 millones de euros) menos de lo previsto, lo que podría allanar las cosas para nuevos programas de empleo. El Congreso autorizó al Gobierno a utilizar 700.000 millones de dólares para el programa de adquisición de activos (TARP), pero el programa tendrá un coste máximo de 141.000 millones de dólares en vez de los 341.000 que se habían previsto.
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