Ya han pasado tres días, y la prensa de orden sigue haciendo leña de la Irene Montero caída. El goce es proporcional a la inquina. Y no se disimula ni lo uno ni lo otro.
"Ahora ha caído la banda de Iglesias. Sus acólitas se han rendido ante la comunista Yolanda Díaz"
El director de La Razón, Francisco Marhuenda, lidera el coro de los que se descuajeringan de la risa por la situación de su bestia negra favorita: “Las purgas son algo habitual en los partidos comunistas. Unas veces las desata el líder para acabar con sus rivales, como hacía Pablo Iglesias, y otras cuando desaparece el líder, como ha sucedido ahora. (…) Ahora ha caído la banda de Iglesias. Sus acólitas se han rendido ante la comunista Yolanda Díaz. Al menos no han sido sometidos a juicio público, como madame Mao y sus colegas, y podrán chapotear en la piscina de Galapagar”.
También en el diario azulón, Chapu Apaolaza se marca unas gracietas con banda sonora del Dúo Dinámico: “También he apuntado el réquiem por el final de Podemos un poco como el final del verano –llegó y tu partirás–. Este partido siempre tuvo un punto de pandilla, paseo en bici, de verbena, y siete u ocho pares de cuernos, por qué no decirlo. Al final, Ione dejó que sacrificaran a Irene Montero como en una matanza pasivo-agresiva. Yolanda exigió la cabeza de su compañera e Ione aceptó. Venían a enseñarnos cómo cuidar, cómo querer, cómo amar y toda esa cosa de la sororidad”.
No debe de ser casualidad que esa última palabra esté presente también en la moralina de Rebeca Yanke en El Mundo: “Ahora parece que ni la sororidad le funciona del todo. Supongo que se mantendrá imperturbable y leal su entorno más cercano, pero debió ser aquel quien la frenara cuando llegó el momento, quien le aconsejara para bien, el de todos. Pero no debió de haber nadie lo suficientemente valiente ni asertivo para mencionar un mísero no. Un «no, ministra, esto pasa de castaño oscuro, sopesémoslo»”.
"Irene Montero es la chiva expiatoria. La inmolarán para que de sus cenizas renazca la unidad de la izquierda"
En Libertad Digital, Pedro Ruiz Gil baila su zapateado por el laminado de la ministra de Igualdad, y con la carrerilla cogida, incluye otros nombres en su pieza jocosa: “Irene Montero es la chiva expiatoria. La inmolarán para que de sus cenizas renazca la unidad de la izquierda. Iñigo Errejón prenderá la pira donde arderá Irene y, con ella, en ausencia, el fatuo de Pablo Iglesias. Todos saben que esas llamas avivarán el rencor y la rueda de una nueva escisión comenzará a girar. Quizá el acuerdo más destacado de todo este proceso de unidad sea el cuarto puesto por Barcelona que las conducătoras Yolanda y Colau han tenido a bien adjudicar a la chispeante Lilith Verstringe. Es posible que sea la primera vez que la izquierda catalana admite a una madrileña de cunera en sus listas electorales”.
El veterano Antonio Casado tampoco se priva, y comienza así su columna en El Confidencial: “Si lo mejorcito y más visible de Podemos es el tándem de Ione Belarra (secretaria general) e Irene Montero, las dos figuras peor valoradas del Gobierno, todo queda dicho. No solo sobre la negativa de Yolanda Díaz a colocarlas en lugares punteros de las listas, por entender que lastrarían la oferta electoral. También sobre el futuro negro del partido”.
Con más cayena, el atizador de El Debate Antonio R. Naranjo se mofa así del episodio de las listas: “Lo dice todo de la Fashionaria que haya apuñalado así a Iglesias y a Montero, sin los cuales no sería vicepresidenta. Y lo dice todo que utilice, para cargarse a la ministra de Igualdad, los estropicios de la Ley de Auxilio a Violadores que ella misma aprobó y ella misma se negó a reformar. De Podemos no digamos más: venía a asaltar los cielos y se conforma ya con asaltar un triste escaño, al precio de permitir que humillen en público a su Evita de mercadillo: tanto decir que el peligro para ellos era el fascismo y van y se dejan asesinar, por un puñado de dólares, por una banda de matones con el mismo concepto de la lealtad que tiene un tiburón por una foca”.
"Para el chochín de Galapagar, todo es anochecer, ocaso y crepúsculo. Quizá, en castigo por no haber cantado jamás y siempre berreado"
En el mismo digital ultracatólico, Alfonso Ussía tira de metáfora ornitológica, aunque casi no se nota que lo que esconde la analogía es el clásico machismo rancio. Leyendo comprenderán por qué: “Por Galapagar, con el Parque Nacional del Guadarrama a un vuelo de mosquito, canta el jilguero, el ruiseñor, el mirlo y el reyezuelo. Y llora el chochín. Para el chochín de Galapagar, todo es anochecer, ocaso y crepúsculo. Quizá, en castigo por no haber cantado jamás y siempre berreado. Un chochín grosero, desencuadernado, villano”.
"Irene Montero, la última barragana del polígamo hijo del Terror, ha sido inmolada esta semana en el altar sangriento de la izquierda extrema"
¿Se puede superar semejante regüeldo? Un anónimo que firma Tardeu en The Objective lo intenta: “Irene Montero, la última barragana del polígamo hijo del Terror (o del hijo del Terror polígamo, que para el caso es lo mismo, fusión izquierdista de herriko taberna), y que como Iznogud, es «la esposa que quiso ser califa en lugar del califa», ha sido inmolada esta semana en el altar sangriento de la izquierda extrema, siempre fratricida en democracia, fuera de su hábitat natural, que son las dictaduras (¡y de eso vivimos!)”.