Lo de las reyertas va por barrios. Con lo divertida que les resulta a los amanuenses diestros la bronca en el seno del gobierno socialcomunista (como les gusta nombrarlo), ahora se disgustan al ver que se reavivan los rescoldos del incendio madrileño del PP. Con gran contención y, en principio, sin tomar partido, Juanma Lamet lo cuenta así en El Mundo: "Si algo ha quedado claro en la batalla por el liderazgo del PP de Madrid es la enorme capacidad de los populares para enfangarse cuando no toca. Su proverbial facilidad para desaprovechar el viento a favor. Con el liderazgo en las encuestas y en plena riña entre los socios del Gobierno por el alcance de los cambios en el mercado laboral, en vez de sentarse a comer palomitas el PP ha vuelto a embarrancar en una de sus luchas intestinas".

Es el mismo lamente de Vicente Vallés en La Razón: "Cuantos más problemas internos tiene el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez, más ruido provoca la riña adolescente -cargada de rencores personales entre asesores y segundas filas- que mantienen Génova y Sol por si el congreso del PP madrileño tiene que celebrarse en marzo o en junio. Siempre es posible encontrar un motivo absurdo para pelear, así en la vida como en la política, y este es extraordinariamente absurdo".

También el diario del de momento silente Francisco Marhuenda, el veterano Abel Hernández se echa las manos a la cabeza manteniendo las distancias, es decir, la equidistancia: "Pero lo peor de este gatuperio viene de dentro. Tanto los de Ayuso como los de Casado están tirando piedras contra su propio tejado. Ni en la calle Génova ni en la Puerta del Sol pueden presumir hoy de sentido común ni de inteligencia política".

En El Debate, donde hasta hoy se pasa de puntillas sobre la riña, Mayte Alcaraz dedica unas líneas al asunto: "En Génova y en la sede de la Comunidad de Madrid parece que no es suficiente el goteo de condenas de los tribunales para alimentar la bolsa de votos de la izquierda y de Vox y han decidido ofrecerles un menú proteico rico en envidias, celos y rencillas. En el Matrix del PP, algunos están dispuestos a gastarse el dinero de la banca (los mejores sondeos desde que llegó Pablo Casado y el descrédito oceánico del Gobierno) para que su avatar luzca mejor".

"Pulsión suicida en la derecha", encabeza Isabel San Sebastián su columna de ABC. Es la número ene que dedica al asunto y, como verán, está tan cabreada que no se sabe ya si sigue siendo de los suyos: "La batalla fratricida, absurda y letal que libra el cuartel general popular con Isabel Díaz Ayuso, por una mezcla de celos, inseguridad, machismo, liderazgo mal entendido y pulsión suicida. Precisamente ahora, cuando un Sánchez debilitado se aferra a los comunistas de quienes juró mantenerse lejos, pacta con bilduetarras y paga con nuestro dinero el respaldo de ERC y PNV, Casado, García Egea y algún otro asesor tóxico, centran sus ataques en la presidenta madrileña cuyo triunfo arrollador aupó a todo el PP en las encuestas".

Queda claro que San Sebastián forma parte de la bandería ayusiana con la que también simpatiza, aunque sea disimulando, Raúl del Pozo: "Isabel ha declarado que no va a entrar en una discusión de patio de colegio. Pero no parece una discusión de colegiales sino de una película de mafiosos donde la familia es siempre el tendón de Aquiles".

Reservamos para el final al que más claro lo tiene. "Niñatos y chiquilicuatres: quitad vuestras sucias manos del PP de Madrid", brama Federico Jiménez Losantos en su filípica de Libertad Digital. Dentro, se lía a garrotazos dialécticos y avisa a los malos de que el bien, o sea, Ayuso, siempre triunfa: "La presidenta de Madrid no solamente tiene el derecho que estos machitos misóginos están negándole a la única mujer que hoy puede presidir un PP regional —no es casual esa chulería de "el que le echa un pulso a Génova, lo pierde" que repiten los teodorichicos y retrata una fratría de machitos provincianos— sino que le sobra carácter para resistir las puñaladas de Casado y su futuro amo, si Casado no le despide". Continuará.