Cuatro días después de su detención e inmediata puesta en libertad de Cerdeña, Puigdemont sigue envenenando los sueños de los columneros diestros. Y eso incluye a algunos de los que normalmente buscan el modo de no pisar los charcos, como Raúl del Pozo, que hoy sale con El Mundo: "Los delirios de Puigdemont, el tránsfuga del 2017, han acabado en el ridículo. Lo han detenido los italianos en Alguer (Cerdeña) donde una mínima parte de los isleños chapurrean el catalán y eso enciende la melancolía y la confusión imperial de los separatistas. No acaban de comprender que si la lengua fuera la patria, Castilla sería el tercer imperio del universo".

Por si no le tuvieran ya suficiente paquete, el president expatriado sentenció el viernes que España no pierde ninguna oportunidad de hacer ridículo. Eso ha escocido, como prueba, entre otras esta invectiva de Pedro J. Ramírez en El Español: "Dice que España ha vuelto a hacer "el ridículo" al solicitar la ejecución de la euroorden en Italia, pero sobre él se cierne la sombra grotesca del destino errante de aquel último pretendiente de la legitimidad de los Estuardo -el ajado guaperas Bonnie Prince Charlie- con el que le comparé en mi artículo 'Bonnie Carles', subrayando sus obvias reminiscencias con el carlismo reaccionario". La autocita, que no falte. Bien pedante, por cierto.

Diez escalones de bilis ardiente por arriba, el tal José F. Peláez al que tanta bola dan en ABC se adorna así sobre la ofensa del líder de Junts: "Esto lo dice un prófugo, un desertor, un fugitivo que si no está aún en el talego es porque ha huido como una rata a ese agujero belga en el que se infla de mejillones y bilis. Esto lo dice un tipo con pinta a la vez de espantapájaros y de león cobarde cuyos delirios han llevado a su gente a la cárcel y a su pueblo a la miseria moral y económica mientras él se monda los dientes después de cenar. Esto lo dice un traidor, un pobre bobo de baba, un mesías con aspecto de sexador de pollos, un perturbado que afirma estar por encima de la ley".

También en el vetusto diario, Salvador Sostres lanza su escupitajo dialéctico: "El prófugo se muere de soledad y asco en Waterloo, donde a partir de las 4 de la tarde lo único decente que uno puede hacer es suicidarse, y sin el aliciente de que el día siguiente vaya a ser mejor que la porquería del anterior".

Esa palabra que emplea Sostres al final de su artificiosa sentencia aparece también en el título de la descarga de Francisco Marhuenda en La Razón: "La porquería de la euroorden". La tesis de don Paco es que el artilugio jurídico no sirve para nada, y menos, si los jueces europeos toman su deción pensando en el gobierno español: "El Gobierno depende de Podemos, independentistas y los bilduetarras para sobrevivir. Es lógico que se debilite nuestra posición institucional y jurídica en esta materia. He de reconocer que si fuera un juez alemán o belga contemplaría con estupor esta cuestión, porque no hay ninguna razón que me llevará a resolver los problemas españoles si su Gobierno está entregado al independentismo".

En el mismo diario, Julio Valdeón, hijo predilecto de Marhuenda, se postra ante el incansable juez que persigue a Puigdemonto por tierra, mar y aire. "Salve Llarena" es el ilustrativo título de la pieza del género succionador: "Pero después de tres años atroces todavía restan jueces, como Llarena, dispuestos a que triunfe el relato negrolegendario posmoderno, con los delincuentes en el papel de héroes y los justos condenados al imperio de los hombres malos. No pudieron con él ni los del comando de la gasolina y las bolsas de heces ni la ministra, hoy fiscal general, que quiso abandonarlo como a un pelele frente a los yacarés de un país refugio de terroristas y narcos. Como otros magistrados españoles, sigue siendo esencial para salvar los benditos muebles del 78".

¿Y qué dice Jorge Fernández Díez? Ya se lo pueden imaginar, así que les libro. Me limitio a su primera frase para que vean cómo anda de informado el exministro afinador: "La detención de Puigdemont en Córcega por las autoridades italianas puede analizarse según el modelo de un Cisne negro para el Gobierno". Sí, en Córcega pone. Y luego habla de "autoridades italianas". Nivel.