Sorpresa en La Condomina, es decir, en El Mundo, que apunta en su primera hacia el jubilado español más célebre de Abu Dhabi. Y no crean que con una minucia ni tirando del fondo de armario cloaquil de Villarejo, sino con una filtración de la comisión rogatoria enviada a Suiza para aclarar los marrones del Borbón retirado. La cosa es gorda, como apunta el titular de apertura a todo trapo: "El fiscal sostiene que el Emérito era comisionista internacional".

En la información del interior, todavía se dice más claro: "La Fiscalía del Tribunal Supremo sostiene que el Rey Don Juan Carlos amasó su fortuna mediante el cobro de «comisiones y otras prestaciones de similar carácter en virtud de su intermediación en negocios empresariales internacionales»". Además de dar pelos y señales de los incontables tejemanejes, se mencionan los cuatro delitos que, si no se se raja o le obligan a rajarse, el fiscal imputará al padre de Felipe VI: Cohecho, blanqueo, delito fiscal y tráfico de influencias. A ver cómo sale de esta.

Se lo señalo así, tal cual, en este espacio que habitualmente pone en solfa, entre otros, los contenidos del diario que dirige Francisco Rosell. Esta vez no tengo empacho en mostrar mi reconocimiento, incluso a pesar de la peculiar argumentación del editorial sobre su propia exclusiva. Después de aportarnos los datos que ponen a los pies de los caballos a Juan Carlos, la pieza hace esta finta final: "Lo que queda claro es que la Justicia está actuando y cabe congratularse. Por ello es exigible una investigación rigurosa hasta el final, lo que desmontará también a los populistas antisistema inmersos en su cruzada contra la Corona para derribar nuestro sistema constitucional. Don Juan Carlos no está por encima de la Ley, pero tampoco por debajo. Y se retratan quienes ya le han condenado cuando la misma Fiscalía en un año no ha hallado indicios delito tan sólidos como para poder presentar una querella contra el Rey ante el Tribunal Supremo".

Estaremos atentos a los próximos capítulos. Permítanme que me libere y les libere hoy del material de costumbre. No se pierden nada de fuste.