No cesa la hemorragia antifeminista. Se diría que arrecia. Si la colección de regüeldos de ayer les pareció fuerte, la de hoy llega un escalón por encima. Empecemos por lo menos áspero, esos hombrecitos que saben cuál es el auténtico feminismo, como Jorge Bustos: "El feminismo ha de perdurar, pero es demasiado importante como para dejarlo en manos de según qué feministas". Y se queda tan ancho, igual que el editorialista de El Mundo, que con sapiencia infinita nos informa sobre el sentido del 8-M: "Lo que debería haber sido una jornada dedicada exclusivamente a conmemorar el papel de la mujer en la sociedad actual volvió a convertirse en nuestro país en objeto de diatriba partidista". ¿Con-me-mo-rar el papel de la mujer? Eso ha escrito el tipo, sí.

En línea similar, el antiguo rockero Sabino Méndez también nos informa sobre para qué sirve y cómo debe celebrarse el Día de las Mujeres. Apunten, que cae en el examen de paternalismo varonil: "Debería ser una jornada de orgullo, reivindicación y alegría, pero muchos participantes airados son de la opinión que es preferible convertirla en un altavoz de acusaciones criminales".

Y aquí llega la cayena, avisadas y avisados quedan. La primera descarga la firma Arcadi Espada en El Mundo: "Pobres chicas. Obligadas siempre por la Naturaleza a una fantasía de máximos y a una vida de mínimos. Cada día debería ser su día. Aunque tal vez tendrían que revisar sus relaciones con las leyes de la naturaleza. Como todo lo pueden, quizá podrían ponerse cada 8 de marzo el objetivo de ampliar en un punto porcentual el número de varones que podrían amar para, de poquito a poco, acabar así con la monstruosa desigualdad del deseo".

Sí, lo de Espada es de vómito, pero por desgracia, todo es superable. Poco le cuesta hacerlo al poestastro de Libertad Digital que en un gesto de valentía insuperable no se atreve a firmar con su nombre y se refugia en el seudónimo Fray Josepho. Así se retrata en ripios sucesivos: "Detesto a las inmundas feministas / de género, teñidas de morado. / Detesto el feminismo desmadrado / de arpías odiadoras y abortistas. / Detesto a las violentas camorristas, / esclavas de un ficticio patriarcado. / Detesto, con profundo desagrado, / a las perversas femicomunistas".

¡Maldita Bélgica!

Después de ese golpe, hay que cambiar radicalmente de asunto. ¿Qué les parece el levantamiento de la inmunidad de Puigdemont votado por el Parlamento europeo? En los medios del fondo a la derecha están contentos, aunque temen que no verán entre rejas al president expatriado. Y la culpa, clama Francisco Merhuenda, es de los malditos belgas. En serio: "El problema está en Bélgica que es un país hostil que no tiene simpatía por España. Es una nación pequeña e insignificante que se inventó tras las Guerras Napoleónicas, se separó luego de Holanda y está dotada de una irrelevancia que llega hasta nuestros días".

Lo divertido es que la columna se titulaba "Iglesias apoya a Puigdemont", pero después de un coscorrón al líder de Podemos, Marhuenda derrotaba por la fobia Bélgica. Más centrado, el editorialista de ABC sí atizaba a los morados por haberse votado en contra en la eurocámara: "El de Pablo Iglesias no deja de ser un partido con inclinaciones separatistas, capaz de encubrir a Puigdemont con tal de seguir dividiendo al Gobierno de Pedro Sánchez, e incardinarse en ese frente de la extrema izquierda obsesionado con dañar la estabilidad institucional de España". Y aquí lo dejamos por hoy.