os Pirineos cuentan con una belleza especial. Entre sus montañas más espectaculares y de mayor atractivo turístico se encuentra el Castillo de Acher, y una de las ascensiones más populares de la zona. Ubicada en el Parque Natural de los Valles Occidentales, su silueta llama la atención desde cualquier perspectiva. Equipados de la mejor manera y con ropa adecuada para caminar, su ascenso constituye una excursión sin dificultad y de gran atractivo que recorre el bosque, extensos prados de altura, una ladera cubierta de canchales, y el solitario y desolado valle kárstico cimero. Disfrutar de todo ello es imprescindible para el que quiera conocer lo mejor de estos valles y montañas de la zona pirenaica.
Además, estás montañas en concreto presentan algunas particularidades geológicas que lo dotan de una belleza especial. Cabe destacar las coloridas rocas rojizas que encontramos a lo largo de toda la subida, fruto de la oxidación de los minerales de hierro presentes en las lutitas del Pérmico; o el valle suspendido que corona la parte cimera del Castillo De Acher.
Si todavía dudáis en visitar este paraje, no podemos pasar por alto el magnífico bosque de abetos, hayas y otras especies que encontramos en la primera parte de la subida, en la Selva de Oza, o de las magníficas vistas que hay desde su cima. Si os animáis, coged papel y boli porque los siguientes tramos son claves para llegar hasta la cima de estas montañas tan populares y atractivas que te harán pasar un fin de semana de diez.
En primer lugar, el recorrido se inicia desde el aparcamiento de la selva de Oza. En ese lugar hay un aparcamiento donde dejar el vehículo e iniciar la caminata hasta el destino final. Se dice que siempre esta repleto por lo que se recomienda ir a primera hora para coger sitio e iniciar el recorrido lo más pronto posible. Es una excursión que acoge a muchos turistas por lo que puede que exista exceso de personas.
Una vez iniciada la ruta, los primeros pasos nos guían hasta llegar a los carteles que indican la zona de tirolinas del Bosque de Oza. Ahí se encuentra un poste indicativo que da inicio a la ruta. Seguido, junto a las tirolinas, se verán los primeros letreros del sendero del Castillo de Acher que indicarán que habrá que girar a la izquierda. Se trata de un lugar fresco por lo que se recomienda ir abrigado. Después habrá que cruzar y continuar recto, siempre con el camino bien señalizado. La senda de la selva de Oza sube de manera constante sin grandes rampas la mayor parte del tiempo, salvo en su tramo final, donde se endurece notablemente. Es importante destacar que todas las zonas están bien señalizadas por lo que no habrá ninguna dificultad para acceder a nuestro destino.
Tras el tramo de subida por el bosque el paisaje se abre al Castillo de Acher. El sendero discurre ahora por una verde pradera y sobre tierra roja, todavía con una pendiente.
Una vez subida la cuesta, el tramo se vuelve más ligero, aunque el camino continúa siendo rocoso. El primer tramo es más ligero, pero según nos acercamos al canal, la pendiente aumenta y la senda tiene más piedra suelta. Los últimos metros del canal son totalmente rocosos y tras superarlos estaremos dentro del castillo.
Ya llegamos al castillo. Las vistas son espectaculares. A mano izquierda tendremos las clásicas olas de las murallas del castillo con la Sierra de Alano, la Mesa de los Tres Reyes o Auñamendi al fondo. A mano derecha la cima del Castillo de Acher y la senda que deberemos seguir para coronarlo. Es un tramo de poca pendiente y que se realiza con facilidad.
Finalmente logramos estar en la cima del Castillo de Acher, a 2384 m de altura. Las vistas son espectaculares. Las vistas son preciosas. Disfrutamos del entorno, y se recomienda llevar algo de comer para disfrutar de las vistas y emprender con fuerzas el camino de vuelta.
La vuelta no tiene pérdida, ya que el camino de descenso es el mismo que se ha empleado para la subida. Es un tramo amable para el que disfrute de la naturaleza. Por ello, se recomienda respirar y desconectar. Para el que no haya visitado nunca esta zona, se recomienda capturar cada momento ya que las vistas son dignas de fotografiar y de guardar en nuestra galería para el recuerdo.