as películas de Disney son algo más que unas simples películas infantiles. Sus clásicos han marcado a varias generaciones con sus personajes, historias, pero, sobre todo, con sus enseñanzas. Son verdaderas lecciones de vida. Aunque siendo menores no nos demos cuenta de los mensajes, no es hasta bien mayores cuando interpretamos la verdadera esencia de las películas del gigante de la animación creado por Walt Disney.
Con el paso del tiempo, al igual que todo, las películas han ido evolucionando y se han adaptado a las tendencias actuales, mejorando su imagen y sonido, así como dando forma a unos personajes que cada vez se acercan más a la realidad gracias a la tecnología. Pero más allá de lo técnico, han pasado de mandar un mensaje “tradicional” a cambiar todos los papeles. Esto es; si La Cenicienta nos enseñó que la paciencia era una gran virtud, o de Lilo & Stich que la familia es lo más importante, llegan ahora películas como Encanto, que llegó a la gran pantalla a finales del pasado año para romper con las normas y costumbres de una familia convencional mostrando en numerosas ocasiones actos y rituales que tienen lugar en Latinoamérica, algo por lo que muchos se verán identificados.
Ambientada en una Colombia rural y dirigida por Byron Howard (Enredados) y Jared Bush (Zootrópolis), codirigida por Charise Castro Smith y escrita por estos dos últimos mencionados, bajo la banda sonora del rey del Broadway, Lin-Manuel Miranda, han logrado componer una verdadera obra de arte de la animación. Una más que se postula como las favoritas para ver en familia y disfrutar de una tarde de cine. Igualmente, para lograr ese nivel de detalle, los productores de Disney trabajaron con la asesoría de antropólogos, botánicos, músicos, lingüistas y arquitectos colombianos.
La película muestra un mundo fantástico y mágico. Maribel es su protagonista, una chica nacida en el seno de la familia Madrigal, que cuenta con unos dones extraordinarios y no entiende por qué ella no los ha heredado. Este “encanto” lo fundó su abuela Alma Madrigal y a todos les dio una habilidad especial. Por ejemplo, su hija Julieta puede curar a personas con la comida que prepara mientras que Maribel no tiene esa magia. Esta rompe con una tradición que lleva años transmitiéndose de madres a hijos. Así, la familia perfecta deja de serlo cuando un miembro joven como Maribel viene al mundo para revolucionarlo todo y crear sus propias reglas, rompiendo así con los roles que nos impone nuestro clan.
Además, la música a través de la salsa y otros ritmos latinos, crean un ambiente mágico y dinámico acompañando a secuencias clave que mantendrán la atención continúa del espectador, tanto es así que lograrán levantarle del sofá. En la misma línea, enamorará su ambientación rural que seguro que llevará a muchos, cuando la situación lo permita, a viajar a este país conocido por su buen café. Mientras tanto, aquellos que nacieron y crecieron en tierra latina, se sentirán identificados con algunas referencias a su tierra a través de esta bonita historia.