imone de Beauvoir (1908-1986) nació en París. Una mujer desde siempre inquieta y con sentimiento de cambiar el mundo, con esta novelista, profesora y filósofa se inició la revolución feminista: “El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres” o “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”. Estas son algunas de las frases célebres de Beavouir, que han dejado huella en todavía un camino marcado por la desigualdad, y que ha servido como referente de muchas mujeres. Tal fue su compromiso con los derechos de la mujer y los humanos, que los llevó a sus páginas a modo de crítica tratando temas como la libertad, el compromiso y la situación.

El amor le llegó en la universidad, cuando conoció a Jean-Paul Sartre, con quien mantuvo una relación abierta y fue feliz. Fue, sin duda, una pareja polémica en aquella época, cuando lo habitual era casarse y tener hijos. Ambos decidieron no hacer nada de esas dos cosas. Además, iniciaron juntos un bonito proyecto que se tituló Tiempo Modernos que nació en formato de revista, y se convirtió en referente político y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX. En ese mismo periodo publicó su primer libro que se tituló La invitada (1943). Se trata de una obra polémica ya que planteaba una relación sentimental y sexual a tres bandas, y con la que se supo después que estaba inspirada en una aventura que experimentó junto a su pareja; la novela Todos los hombres son mortales (1946) y los ensayos Para una moral de la ambigüedad(1947) y América al día (1948).

Su libro ‘El segundo sexo’ (1949), uno de las más importantes del feminismo ya que rompió con los estereotipos establecidos de aquella época, se convirtió en una obra clásica del pensamiento contemporáneo. En este ensayo, la autora critica la opresión a la que es sometida la mujer por parte del sexo masculino y por cómo está organizada la sociedad. Fue toda una revolución pues las mujeres feministas de aquel entonces todavía no se habían manifestado y guardaban silencio sobre las fantasías proyectadas sobre sus cuerpos. Su aportación y su visión sobre la corporalidad del cuerpo femenino con la que logró romper tabúes y estereotipos les hizo abrir los ojos. Beavouir provocó de esta forma el despertar de toda la población y así se dio inicio a una nueva era. Han pasado ya más de 70 años desde la publicación de esta obra, que sigue siendo un best-seller.

En aquel tiempo donde la mujer seguía siendo sumisa, muchas de ellas dejaron de serlo y se unieron al movimiento creado por Beavouir y juntas fundaron la organización la Liga de los Derechos de la Mujer, para que sus ideas tuviesen un marco de acción real. Su constitución se hizo pública en Tiempos Modernos y se preparó para la ocasión una discusión sobre el tema.

La escritora recibió varios galardones entre ellos el Premio Goncourt con su obra Los mandarines (1954), donde trató las dificultades de los intelectuales de la posguerra para asumir su responsabilidad social. Esta es otra de sus obras famosas. En 1966 participó en el Tribunal Russell, en mayo de 1968 se solidarizó con los estudiantes liderados por Daniel Cohn-Bendit, en 1972 presidió la asociación Choisir, que se encargaba de defender la libre contracepción, y hasta sus últimos días, puesto que falleció en 1986, fue una incansable luchadora por los derechos humanos. Sus abundantes títulos testimoniales y autobiográficos se plasman en algunos de sus múltiples trabajos: ‘Memorias de una joven formal’ (1958), ‘La plenitud de la vida’ (1960), ‘La fuerza de las cosas’ (1963), ‘Una muerte muy dulce’ (1964), ‘La vejez’ (1968), ‘Final de cuentas’ (1972) y ‘La ceremonia del adiós’ (1981).

“Siempre he visto leer a mi ama y

me gustaría que

me gustase leer como a ella”

“Descubrí a Simone de Beauvoir con ‘Los mandarines’ y me gustó mucho su manera de escribir”