uan Luis Arsuaga es una eminencia. El gusanillo por la arqueología le entró de niño, tras sumergirse en lecturas que hablaban de nuestros antepasados y realizar una serie de visitas a unas excavaciones cerca de Bilbao. Después vino una carrera que alcanzó su cima a principios de los años 90: Arsuaga apareció en la portada de la prestigiosa revista Nature tras el hallazgo del cráneo número 5 -llamado popularmente Miguelón, en honor a Miguel Indurain- de 300.000 años de antigüedad. La fama mundial del paleontólogo, docente en la Universidad Complutense de Madrid, está muy asociada a su labor en las excavaciones en el yacimiento de Atapuerca de Burgos. Se incorporó al equipo de trabajo en 1982 y actualmente ostenta el cargo de codirector de la Fundación Atapuerca. Pero sus conocimientos trascienden la prehistoria y se ha erigido en un estupendo comunicador y pensador que da luz conceptos abstractos y a la forma que tenemos de encarar nuestra existencia.
Una frase suya suele contener mucha miga y lo cuenta sin darse importancia. En 2019, en plena promoción de su libro ‘Vida, la gran historia’, dejó una perla en el periódico El País que rápidamente fue viral y, como casi todo lo que dice, proporcionó un valioso material para el pensamiento y la reflexión: “La vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado”, dijo Arsuaga antes de que el coronavirus alterara nuestro ritmo de vida. El éxito de ‘La vida contada por un sapiens a un neandertal’, en estrecha alianza con otra eminencia, el escritor y columnista Juan José Millás, ha alcanzado rincones inesperados como el del presentador y cómico David Broncano, que se deshizo en elogios definiendo el encuentro entre los dos eruditos como una “fiesta de la inteligencia”.
Al parecer, la idea del libro surgió del propio Millas, quien le propuso a Arsuaga “hablar de la vida” y construir junto un relato sobre la existencia. Hacía tiempo que le rondaban cuestiones sobre el origen del ser humano y su evolución como especie. Así que quien mejor que Juan Luis Arsuaga para responder a todas sus dudas y preguntas. “¿Lo hacemos?”, le preguntó el escritor. “Lo hacemos”, respondió Arsuaga. Durante muchos meses visitaron todo tipo de lugares, algunos cotidianos (un mercado de abastos, una tienda de peluches), otros más peculiares (una feria de perros, un sex shop) en un trayecto en el que tampoco han podido faltar los escenarios “donde habita la prehistoria”.
Esos encuentros casuales están contados de manera informal y amena por Millás. Su mirada lúcida y precisa acompaña los conocimientos aportados por el profesor y paleontólogo. Lo que podrían ser conversaciones elevadas (de dónde venimos, quiénes fuimos, qué seremos) con poco recorrido comercial se convierten en un entretenido ensayo sobre la vida. Y nos deja un aprendizaje mayúsculo: las huellas de la humanidad no están solo en las cuevas prehistóricas. Se pueden encontrar en cualquier lugar. Un paisaje, una película, un comercio de barrio. En ese diálogo Millás sería el neandertal; su interlocutor, el sapiens. Como unos Quijote y Sancho que en la madurez se ponen a hablar de sus cosas sin que importe el qué dirán.
Motivados por la acogida tan favorable de su alianza, la literatura y la ciencia vuelven a entrelazarse en una segunda parte al que oportunamente han llamado ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’. El libro, que sale publicado el 24 de febrero, se presenta como el regreso “del sapiens y el neandertal”. La vejez asoma con fuerza que nunca: Millás, de 75 años, reconoce que se siente extranjero en su propio país. En esta nueva entrega, los temas que plantea Arsuaga tienen mucho que ver con los últimos años de vida. Todo o casi todo tiene un principio y un final. “En la naturaleza no hay vejez, no hay decrepitud. Solo hay plenitud o muerte”, sentencia. “Nos encantaría descubrir que cada especie tiene un reloj biológico en sus células, porque, de existir ese reloj y si fuéramos capaces de dar con él, quizá pudiéramos pararlo y de ese modo volvernos eternos”. Más que una fiesta, como decía Broncano, esta vez parece que llega el turno de la resaca o al menos la de una mirada distinta, tal vez más sosegada y reflexiva, sobre el misterio de la vida.
En la narrativa de no ficción en castellano sería imposible no nombrar ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’ en este principio de año. La pareja supera el ámbito literario y su participación es requerida en distintos foros y actos como en la programación de actividades de este invierno de Civican, en Pamplona. Dentro del apartado Cultura y Pensamiento, el próximo 25 de marzo ambos conversarán sobre “la supervivencia, la enfermedad, la eternidad y la aventura” en el auditorio de la avenida de Pío XII.