al y como indican las estadísticas uno de cada tres clientes de avión -personas que eligen este medio de transporte para viajar ya sea por ocio o trabajo- tiene miedo a volar. Esto se denomina aerofobia y es muy duro para los que lo sufren y sobre todo no pueden evitar volar. La mayoría de las aerolíneas sabiendo esto toman cartas en el asunto y ofrecen cursos para vencer este problema que está en la mente.
La mayoría de los clientes pese a saber que el avión es el transporte más seguro de todos porque es en el que menos accidentes se presentan por año tienen fobia a montarse en uno. Además, aunque sepan que la posibilidad de que pueda ocurrir alguna desgracia, si bien no es cero, es realmente mínima tienen gran pánico a volar y que puedan estrellarse y por tanto morir. Sí que es verdad, que cuando pasa una tragedia en el avión la cantidad de muertos es muy grande pero esto se debe a que en este transporte viajan más pasajeros que en otro. A este miedo de accidente fatal se le suma también la claustrofobia que algunos pueden llegar a sufrir por el simple hecho de estar encerrados en un lugar cerrado o el miedo a la altura, que se soluciona fácilmente cogiendo pasillo en vez de ventanilla.
Como decimos uno de cada tres viajeros de avión sufre aerofobia y por ello, no podemos tomarnos a la ligera este problema y antes de dar algunos consejos para poder superarlo veremos cómo se puede presentar este miedo. Algunos lo demuestran desde los pocos días antes de montar en el avión, a la noche anterior y en el momento en el que ya están sentado en el asiento. La manera primaria de manifestarlo es a través de la ansiedad y en casos extremadamente graves pueden llegar a producirse ataques de pánico -una vez están en el avión- o incluso vómitos la noche previa, de camino al aeropuerto y en el mismo vuelo. Obviamente muchos pasajeros son conocedores de que el simple hecho de pensar en volar en avión les provoca estas sensaciones y por ello, deciden no volar nunca.
Aun así esto no puede ser y por nada del mundo se pueden afrontar los problemas ocultándolos o evitándolos. Por ello, trataremos de dar algunos consejos para poder superar este pánico a volar en avión.
¿Por qué estoy volando? Parece algo muy sencillo pero a veces es bueno que nos sentemos con nosotros mismos y nos hagamos la pregunta sobre para qué vamos a hacer algo en concreto. Una vez hayamos entendido para qué estamos volando empezaremos a recopilar información sobre cómo es volar en avión. Trataremos de normalizarlo y comprobaremos de esta forma que es el transporte más seguro del mundo y que no va a pasar nada de lo que hemos visto en alguna que otra película en el cine. Aquí uno de los mayores temores son las famosas turbulencias, pues recomendamos escuchar las historias de los conocidos que las hayan pasado y comprobaremos que no pasa nada y que saldrá todo bien.
Elegir bien el asiento en el que viajaremos. Es una decisión que no se puede tomar a la ligera. Si somos muy altos será mejor que vayamos en el pasillo y lo mismo tendremos que hacer si tenemos miedo a las alturas. Además, no es conveniente coger los asientos de cola porque son los que más temblores sufren durante el vuelo según los expertos. Así que, si podemos elegir recomendamos los asientos situados a la altura de las alas, son los más estables.
Jugar con la mente e imaginarnos en un autobús. La fobia a volar está en la mente y por tanto podremos tratar de engañarla simplemente pensando que estamos en un autobús. Pero, ¿cómo hacerlo? Como nos resultará muy complicado cerrar los ojos nos pondremos un antifaz nada más nos sentemos en el avión. Una vez lo hagamos empezaremos a imaginarnos que estamos en un autobús. Para ello, podemos utilizar una música de ambiente de autobús para facilitarnos el trabajo de imaginación que estamos haciendo. Así, si poco a poco hacemos este proceso mental lograremos quitarnos el miedo a volar. Y, una cosa en caso de turbulencia nos imaginaremos que es un bache del autobús.
Pensar en el destino y entretenernos con libros. Tanto si el viaje es de ocio o por trabajo no cabe la menor duda de que podremos pensar en lo que nos espera después del aterrizaje. En caso de ser por ocio podemos pensar en todo lo que veremos o haremos en el lugar de destino y en el caso de ser por trabajo podremos aprovechar para repasar todo aquello que iremos a hacer. Además, un buen método para mantenernos entretenidos desde el minuto uno que nos sentamos en nuestro asiento es la lectura. Podremos utilizar tapones para aislarnos completamente y así solo tendremos que centrarnos en la historia de la novela que estemos leyendo. En función de la duración del vuelo y de la rapidez lectora podremos leerlo entero. Por otro lado, otros utilizan las películas o las series para abstraerse y pensar en el vuelo. Así que si tenemos la opción podremos ver algún capítulo que otro en el vuelo.
Alcohol o pastillas como última opción para dormirnos en el vuelo. Muchas veces se oye a muchos viajeros decir que utilizan el alcohol -un par de cervezas o copas de vino- para lograr un punto de relajación que les permita dormirse nada más pisan el avión. No seremos nosotros quienes inciten al consumo del alcohol pero queremos transmitir que con control a algunas personas les sirve para lograr tranquilizarse. Aun así, recomendamos en todo momento tratar de seguir alguna de las medidas anteriores o si se puede dormir sin usar ningún tipo de sustancia dañina para el organismo y la salud. Otros recurren como última opción a las pastillas para dormir. Lo malo, que no disfrutaremos del viaje y lo bueno desaparecerá el miedo a volar. Eso sí, las pastillas las tendrá que prescribir el médico después de que le digamos el problema que tenemos.
“Una vez viajé a Portugal porque tenía una boda allí y tuve que ir en avión. Lo pasé fatal”
“En el vuelo de vuelta sentí que el avión se movía mucho y pensé que me moría”
“Pese al miedo que tengo a volar, si tengo que montarme, me monto, aunque me entran sudores fríos y lo paso muy mal”