na semana más cogemos el coche y nos dirigimos a Oiartzun, a conocer el espectacular entorno en el que viven los nuevos protagonistas de IN. Seguimos al pie de la letra la señalización hacia Lur Garden, donde nos espera Iñigo Segurola y su familia, esa que él ha elegido y con la que disfruta de enorme un jardín mágico de dos hectáreas de superficie, escondido en esta localidad gipuzkoana, donde reside y también trabaja el que hasta hace año y medio fuera el encargado de divulgar y enseñarnos todo lo relacionado con la jardinería en el famoso programa de Bricomanía, que ha estado en emisión durante 26 años, desde 1994 hasta 2020.
Dejamos el coche en el parking que hay en la entrada y nos adentramos a pie en el interior de este bello paraje con el deseo de dejarnos sorprender por la magnitud de la belleza que alberga. Cámara en mano, tratamos de inmortalizar las formas y colores que nos rodean, pero lo cierto es que no hay nada mejor que venir y disfrutar de esta experiencia en primera persona. Eso sí, no os olvidéis de reservar.
A pocos pasos de la entrada encontramos el estudio de Iñigo Segurola y todo su equipo, que da paso a su zona privada. Nos recibe Erkuden Fernández, que se define como 'multitasking', y nos invita a entrar a la cocina, donde Aloña Gallastegi -propietaria del salón Manteo21-, Izaskun Álvarez -diseñadora y artista- e Iñigo Segurola están terminando de desayunar. Por la estancia merodean tres gatos, de los que más adelante descubriremos sus nombres: Erkuden, Maite e Izaskun, como nuestras anfitrionas.
Bautizados, según nos cuenta Iñigo, en honor a sus amigas y compañeras de trabajo en Lur Garden. Todas ellas coinciden en destacar que Iñigo es una persona muy especial y que les ha cambiado la vida. Una afirmación trascendental que abre la veda al buen rollo y darienda suelta a un montón de risas durante la sesión de fotos, en la que este grupo de amigos se dejará inmortalizar con total naturalidad mientras se lava los dientes, antes de sentarnos a la mesa para conocer un poco más a Iñigo Segurola y a Erkuden, Izaskun y Aloña.
Muchas gracias por recibirnos Iñigo, ¿hacemos las presentaciones?
-Iñigo Segurola: Por supuesto. Bienvenidos a mi estudio de paisajismo aquí en Oiartzun, donde creé los jardines de Lur Garden y donde vivo actualmente con las reinas que me rodean, Aloña, Erkuden e Izaskun. No sé si es casual o no, pero son todo mujeres y como yo estoy fascinado por la Diosa Mari, estoy encantado (sonríe). Y ellas, junto con Izaskun, son mi familia. No son mi familia de sangre, pero sí la de verdad, la de corazón. Y eso que falta gente hoy aquí para que estemos todos...
-Erkuden Fernández: Sí. Falta Maite (Fernández), que no ha podido venir...
-Iñigo: Sí. Y ella también es parte de la familia, del equipo, junto a mi socio, Ion Muñiz, que está confinado y tampoco le ha sido posible venir hoy.
-Izaskun Álvarez: Es que ahora está todo el mundo así...
¿Y cómo os conocistéis?
-Iñigo: Aloña es una amiga que este jardín me ha entregado. Vino de visita hace un año, nos conocimos y fue curioso porque parecía que nos habían separado al nacer. Luego también es increíble ver que tienes amigas con las que tienes comunicación casi telepática, como con Erkuden,que aprovechando que volvió de Cataluña, empezamos a colaborar juntos.
-Erkuden: Sí. Ya éramos amigos desde hace años y cuando volví de Cataluña le apoyé en el proyecto de abrir el jardín y empezar a dignificarlo.
-Iñigo: Sí. Me han empezado a ayudar aresetearme completamente. Mis fuerzas han flaqueado mucho en 2021, pero ver que empezamos con proyectos ambiciosos y saber que tenemos muchos que vendrán próximamente me hace recuperar el ánimo.
¿Te molesta que te conozcan como "el jardinero de Bricomanía"?
-Iñigo: No, para nada. Si al final ha sido una forma para que la gente valore y cuide las plantas, bienvenido sea. Recuerdo queal principio de salir en televisión,unas chicas se me acercaron en 'sanfermines'en un bar y las mandé a la mierda, pero acto seguido les pedí perdón. Ahí me di cuenta de lo que significaba estar en la tele, ser conocido. Pero es bonito porque siempre me dicen cosas bonitas...
¿Y cómo llevas las imitaciones?
-Iñigo: Sí, a Kristian le han imitado muchísimo más, pero a mí, cuando me han imitado, lo han hecho fatal (risas), como si estuviese fumado... ¿De verdad hablo así? (risas) Llevo un año y medio sin hacer televisión y aunque al principio fui muy reacio, porque no quería que me asociasen como el jardinero de la tele, estuve 23 años haciendo el programa en la tele y pudiendo dedicarme a mi profesión, el paisajismo. Al final, lo que me ha dado la televisión es la posibilidad de tener esto, porque de paisajista no podría haber creado este jardín.
Nosotros conocemos a Iñigo únicamente por la tele, pero ¿cómole definiríais en su faceta más personal?
-Aloña Gallastegi: Para mí es como mi hermano mayor. Me ha cambiado la vida. Cuando vine de visita al jardín por primera vez me quedé fuera, discutiendo por teléfono, y cuando entré, hablé con Iñigo y me ayudó mucho.
-Iñigo: Voy a llorar...
-Erkuden: Iñigo lo que tiene es una sensibilidad extraordinaria.
-Izaskun: Es que Juan (Iriarte) -exsocio y exmarido- e Iñigo siempre ha catalizado a un montón de personas a su alrededor. Personas de todo tipo, contexto y variedad. Ellos siempre me han cuidado y para mí siempre han sido un referente total de familia y de amor, sobre todo porque son unas personas que han cuidado su entorno y eso se percibe en el jardín, resultado del paso de años de trabajo.
¿Cómo nace Lur Garden?
-Iñigo: Mi antiguo socio y exmarido, Juan Iriarte, y yo, empezamos a construir este estudio hace 18 años y en cuanto lo terminamos, hace ya 9 años, empecé a crear el jardín. En un principio mi diseño iba a seguir una estructura muy lineal, con setosparalelos que hacían quiebros rectos como los que hace el edificio, pero de repente, de la noche a la mañana, por un simple dibujo que hizo Juan de un huevo frito, entro en trance y creo que soy abducido por la diosa Mari y al día siguiente paro y hago el diseño definitivo de este jardín. Como habéis visto son todo formas ovoidales porque me doy cuenta de que se pueden repetirse a escalas distintas y funcionan perfectamente.
¿Y cuándo terminaste de crear este jardín? ¿O nunca se da por cerrado un lugar vivo como éste?
-Iñigo: Dar forma a este proyecto casi me mata, porque le he dedicado los últimos ocho años de mi vida, como un energúmeno. 2021 ha sido para mí un año de transición. En una de las visitas del arquitecto Ángel Iglesias me preguntó para qué había hecho esto y no supe qué responder. Esto creo que resume mucho dónde estamos y lo que tenemos ahí (señala el jardín).
¿Qué significa para ti este espacio a día de hoy?
-Iñigo: Me he entregado mucho a este espacio, en parte también por una situación personal. Estaba casado con mi ex socio, Juan Iriarte, y la relación estaba haciendo aguas. Y entonces me entrego en vida y alma a la construcción de este jardín con una estructura muy definida de estas formas ovoidales, pero con contenidos interiores. Es como que me someto a lo que me va pidiendo el lugar. El hecho de habitar el sitio me lleva a que vayan surgiendo las cosas y eso ha sido un proceso en el que de repente toco fondo el año pasado por estas fechas, en Navidades. Con la separación pienso que se van a acabar todas mis penurias, pero sucede todo lo contrario. Me doy cuenta de que llevaba ocho años en los que no vivía. Me he entregado en vida y alma a este jardín. Entonces, cuando paras, te preguntas quién eres tú, qué haces con tu vida...Todo.
¿Y qué relación tienes ahora con el jardín?
-Iñigo: He empezado una relación muy distinta con el jardín. Antes era un agente activo, energúmeno, que no levantaba la cabeza para nada y no se comunicaba con nadie. Pero, de repente, empiezo a ser un agente pasivo, observador de lo que está pasando aquí.
-Erkuden: En las visitas guiadas que realizamos por el jardín Iñigo cuenta que construyó este gran huevo hasta tocar fondo y ahora, poco a poco, va rompiendo el huevo.
-Iñigo: Sí. A principios de 2021 empecé a romper el huevo, como Calimero, y ahora ya me considero avutarda (risas). (Más allá de un paisaje en las páginas 12-13).
¿Y cuándo decidiste abrir este espacio al público?
-Iñigo: En ese momento justo de mi transformación, hace tres años, es cuando se empieza a abrir a visitas, el primer año de forma muy esporádica, porque en realidad nació con esa vocación pública. Aunque yo me defino como adicto a la belleza, no tengo tal adicción como para hacer esto sólo para mí.
-Erkuden: Fue entonces cuando nosotras entramos en acción y hay un antes y un después en su relación con este jardín. Le costaba ponerlo en valor, pero nosotras sentíamos que había que dignificarlo...
¿Y qué reacción provoca este lugar tan mágico entre los visitantes?
-Izaskun: El jardín en el que estamos es muy especial y cataliza conceptualmente muchas cosas.
-Erkuden: Con la pandemia se ha puesto de moda la naturaleza, el deporte en la montaña, estar en la montaña... la gente viene y algunos se sienten tan a gusto que nos preguntan incluso si hay bar para tomar algo... y les decimos que lógicamente, si tuviésemos, no se irían nunca... (ríen).
-Iñigo: Es maravilloso lo que está pasado aquí. Hay gente que viene con la cara amargada y cuando se va parece que ha tenido el mayor orgasmo de su vida (risas).Siento que hay mucha energía en este lugar. El primer año vinieron dos arquitectas que me dijeron que había recreado el embrión materno, que el jardín rojo que está en la entrada es el útero. Este año ha venido una bruja y me ha dicho que éste es un espacio para sanar la feminidad. Hay un estanque donde el agua no se pudre y no tiene regeneración ni nada, pero parece ser que ahí hay como una energía que nace y me han llegado a decir que es una puerta tridimensional, aunque yo no he visto nada (risas).
Y después de esta etapa de crisis que has atravesado, ¿crees que en algún momento podrías abandonar el jardín que con tanto esfuerzo has creado?
-Iñigo: No. Estoy condenado. Es una pregunta que me he hecho yo mucho este año. Al estar tan entregado al jardín, de manera enfermiza, he llegado a sentir desapego hacia el jardín y por eso digo que he pasado a ser un agente observador. Sin embargo, no puedo dejarlo, por una simple razón, porque un jardín es un espacio dependiente, no puedo abandonarlo. No puedo dejar que esto desaparezca... Por eso ahora ha cambiado mi relación con el jardín y estoy iniciando una nueva etapa, que no sé a dónde va, pero me he dado cuenta de que el jardín ha empezado a actuar como un imán que atrae a la gente...
¿Crees en ese poder sanador que transmite este jardín a los visitantes?
-Iñigo: Sí, aunque me han dicho que tiene un gran potencial sanador energético, yo lo veo como un espacio de canalización de esa energía sanadora. Tras dar mi vida prácticamente construyéndolo, tocar fondo hace un año y comenzar a renacer, me convierto en ese agente observador del jardín, como os decía, y empiezo a ver cómo el jardín me cuida a mí. En primavera le pedí al jardín que me esperase, porque no tenía fuerzas para cuidarlo, y me ayudó trayendo la primavera más seca que conozco. Yo creo en la diosa Mari, que representa la naturaleza, y es la que me está cuidando representada en el jardín.
¿Cuál es tú rincón favorito?
-Iñigo: Pues tengo un dilema interno. Lo que veo es que este espacio tiene un potencial que se escapa de mi percepción y de mi entendimiento. Es decir, hay una parte racional mía a la que le gustaría entender qué pasa aquí, pero no lo acabo de entender.Y hay otra parte emocional que está encantada con eso y que no quiere entenderlo. Estoy en ese debate interno.
¿Qué consejo le darías a quienes dicen que se les mueren las plantas?
-Iñigo: Para cuidar las plantas hay un consejo muy sencillo. A las plantas no hay que hablarlas, sólo hay que escucharlas. Una planta no está hecha para que un ser humano le hable. Son seres vivos que necesitan cuidados. Tú la has sacado de un contexto y la has metido en un interior.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere comenzar a crear un pequeño jardín?
-Iñigo: He descubierto que las plantas de hoja grande aquí con el clima que tenemos van bien. Ese punto semitropical en exterior funciona bien. En Euskadi se puede intentar todo y si no sale, pues nada. Lo que igual te funcionaba ya no, y viceversa. Hay que estar dispuesto a 'aprender de' y 'disfrutar con'. La frustración depende de la actitud.
¿Y si hablamos de gastronomía?
-Iñigo: Pues maravilloso, porque soy un enamorado de comer y un fan absoluto del Mugaritz. Llevo años yendo una vez al año y soy testigo de la evolución que ha tenido, es una pasada. Cada año me sorprende.
¿Es cocinitas Iñigo?
-Erkuden: Sí. Hace una ensalada de flores con una base de cuscús increíble.
-Iñigo: Sí. Está inspirada en un plato del Mugaritz, que para mí es el mejor plato que he comido en mi vida. Es una ensalada de hierbas, flores y cachitos de verduras en la que no se repite un ingrediente. Son 40 hojas, 15 flores distintas y todo eso maridado con un suero de queso emmental. Entonces yo de ahí, derivando, hago una base neutra de cuscús y luego me doy una vuelta por el jardín, y como controlo las plantas que son comestibles, cojo una gran variedad de hojas y flores para la ensalada.
-Izaskun: Y no te olvides del bonito que haces con soja y guindillas, que está buenísimo...
-Iñigo: Es verdad. Y ése, además, es muy fácil de hacer...
-Aloña: Aquí en casa de Iñigo siempre puedes probar platos riquísimos. ¿Habéis probado ese fruto que está ahí en la bandeja?
-Erkuden: ¡Probadlo, que está súper rico!
-Iñigo: Se llama Costilla de Adán y tiene un sabor muy tropical, como una mezcla entre chirimoya y piña. Suelo comer esta fruta por las mañanas con pasta de arroz.
Y... ¿si hablamos de libros, películas y series?
-Izaskun: Yo suelo comprar libros en 'ANTILiburudenda', una librería alternativa que hay en Bilbao, en la calle 2 de Mayo, que tiene cosas muy chulas. Cuando vengo de visita vengo cargada de libros (risas). Soy como un médico recomendando libros, aunque es cierto que hay que conocer a las personas para acertar con los libros que les pueden gustar. Yo osrecomendaría dos libros: 'El elogio de las sombras' y'Mirar y pensar la belleza', que habla de la esencia de la vida como espacio de relación, conexión y amplificación.
-Aloña: Hablando de belleza...Me ha venido a la cabeza 'La Gran Belleza', esa maravillosa película de Paolo Sorrentino. Es mi recomendación.
-Iñigo: A mí me ha marcado mucho 'El hombre que se enamoró de la luna'. Me lo devoré. Precisamente habla del mundo mágico, del no entender mientras las cosas ocurren... porque yo no creo en las casualidades.Como agricultor que soy lo puedo decir. Y yo veo reflejado en ese libro gran parte de lo que me está pasando este año. Ese punto de magia entre el sí y el no me conecta con mi dilema entre lo racional y lo emocional.Es un libro que me ha dejado un amigo, Jon Begiristain, de EuliaArkitektura, que es quien ha hecho este edificio en el que estamos, y se lo pienso devolver, ¿eh? porque yo los libros los devuelvo. No hay cosa que me pueda dar más rabia que dejar un libro y que no te lo devuelvan... (risas)
-Erkuden: Yo he vuelto a ver un documental, 'Wild Wild Country', sobre Osho, el popular místico indio que fue líder delcontrovertido 'movimiento rajhnise'. Me ha alucinado ver todolo que había detrás de este supuesto gurú y que se sigan vendiendo libros de este tío sabiendo que toda su vida era una mentira.
-Izaskun: En mi caso, esta semana he visto la película de 'Captain Fantastic'. Me ha gustado porque Viggo Mortensen, que es el 'prota', cría a sus hijos en el monte y luego se encuentra con la tesitura del choque cultural al llegar a la ciudad. Me da qué pensar, ya que trabajo en educación y siempre me planteo si tienes sentido seguir enseñando de la misma manera que se hacía hace treinta años... No tiene sentido.
¿Y os gusta viajar?
-Aloña: Sí, por supuesto. De hecho yo no encontraba mi sitio enDonosti y me marché después de estudiar Imagen y Sonido en Andoain. Me fui a Nueva York buscando el sueño de trabajar como cámara en cine, pero al final me hice maquilladora y peluquera del cine y la farándula, como digo yo (risas).
¿Y qué lugares nos recomiendas visitar si vamos allí?
-Aloña: Yo la verdad es que echo de menos el Nueva York de antes del 11-S, el de las Torres Gemelas porque yo regresé el 10 de septiembre de 2001, un día antes. Flipé cuando sucedió el atentado. Recuerdo que me estaba comiendo un rodaballo en lo Viejo y la gente me escribía preguntándome si estaba bien porque aún no sabían que había vuelto. Es muy diferente lo que es ahora y lo que era antes.Todos mis colegas de entonces se han ido porque ya no es lo que era. Lo pasé muy bien viviendo allí, pero ahora no volvería.
-Erkuden: En mi caso donde más tiempo he pasado ha sido en México, donde viví un año. Aunque me queda pendiente Chiapas. Al final te dejas llevar en los sitios y como no me gusta tener una agenda siempre me dejo algo por visitar. También disfruté mucho de mi viaje amila India. Como me gusta tanto comer volví de allí más gorda y todo (risas).
-Izaskun: A mí me gustaría conocer Japón y la Antártida.
Y, antes de despedirnos... ¿tenéis algún hobby oculto o desconocido que queráis contarnos?
-Izaskun: Bueno... A mí me gustaría aprender a tocar la batería y he de contar que tengo una armónica en el coche y cuando hay atascos, la toco. Cuando estoy atrapada en el puente de Rontegi, cojo la armónica y se me va la angustia (risas).
-Aloña: Yo toco la txalaparta. Me dio por ahí porque siempre me ha gustado, así que vivo con una txalaparta en casa y mi hija de 14 años en un piso de 37 metros cuadrados. Comencé a tocarla el día anterior al homenaje por la muerte de mi madre porque quería que fuese un día muy especial.
-Erkuden: Yo también toco, pero he de decir que voy a clases para aprender, porque siento que hay una gran diferencia entre tocar la txalaparta y la 'txalaplasta' (risas), así que en ello estamos.
"Estoy aprendiendo a tocar la txalaparta, porque hay cierta diferencia entre tocarla bien o tocar la 'txalaplasta'"
Conoce a Iñigo Segurola desde hace muchos años y en todo este tiempo nunca han perdido el contacto. Erkuden es de Irun y ha vivido 20 años en Cataluña. donde ha trabajado en multitud de proyectos audiovisuales y de televisión. Aun así, no le gusta catalogarse ni encasillarse en un puesto en concreto. Por eso, se define como 'multistaking'. En la actualidad trabaja con Iñigo y su misión, entre otras cosas, es poner en valor todo el trabajo que el paisajista hace. Organiza las visitas, se encarga de gestionar los eventos y todo lo que surge en el día a día.
"En casa de Iñigo siempre descubres ingredientes y platos exóticos. ¿Habéis probado el fruto de 'la costilla de Adán'?"
Conoció a Iñigo Segurola hace un año y como el propio paisajista reconoce "es una amiga que le ha dado el jardín". Aloña se encontraba fuera de Lur Garden discutiendo y, cuando finalmente entró, tras hablar con Iñigo su percepción cambió. Es la dueña del salón Manteo21 y, aunque no trabaja en Lur Garden, colabora con él en todo lo que puede. Durante toda su carrera profesional se ha dedicado al mundo de la imagen, la peluquería y el maquillaje. Entre otras cosas ha vivido y trabajado en Nueva York.
"Cuando vengo de visita siempre traigo libros bajo el brazo. Soy como un médico, pero prescribo literatura"
"Aloña, Erkuden e Izaskun son mi familia. No la de sangre, pero sí la
de corazón"
"Tengo una armónica en el coche y cuando estoy atrapada en el puente de Rontegi, la toco y se me va la angustia"
Ha sido alumna de Iñigo Segurola y ha vivido con él y Juan Iriarte -exmarido de Iñigo en su estudio en Oiartzun. A día de hoy trabaja en Lur Garden con Iñigo y con su actual socio, Ion Muñiz, junto a Erkuden y otros miembros del equipo, como Maite Fernández.. Izaskun nació en Rentería, aunque no sabe decir de dónde es porque ha vivido varios años en Iparralde y en la actualidad vive en Bilbao, ya que es profesora en la facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU. Actualemente puede verse una de sus obras en la exposición del Museo San Telmo.
"Me he entregado en vida y alma a la construcción de este jardín y ahora siento que es él quien está cuidando de mí"
Nació en Donosti hace 54 años y desde los 23 reside en Oiartzun. Es copropietario de Lur Paisajistak desde 1994 y en ese mismo año se enroló en el proyecto de Bricomanía como encargado de la sección de jardinería. Al principio se mostró reacio a salir en TV, pero con la perspectiva del tiempo reconoce que ha sido una de las mejores decisiones de su vida. En la actualidad y desde hace 8 años está trabajando en el que es el proyecto de su vida, Lur Garden. Un lugar mágico donde el gipuzkoano vive y trabaja.
"Iñigo hace una ensalada increíble con flores que recoge del jardín sobre una base de cuscús"
"No encontraba mi sitio en Donosti y me fui a Nueva York persiguiendo el sueño del cine"