i un histórico grupo pop que creíamos desahuciado como ABBA ha vuelto con temas nuevos tras décadas de inactividad, ¿cómo vamos a pasar por alto el brillo y el colorido con los que todos los años saludamos a las Navidades? Nuestros armarios se tiñen de fantasía y de tonos alegres y desenfadados que contrastan con el clásico gris y negro con el que vestimos el resto del invierno. En el maquillaje también se produce ese paréntesis de frenesí navideño; un impasse en el que los coloretes adquieren protagonismo junto a los labios color fresa y la inevitable purpurina, clásico entre los clásicos de la Navidad y sus excesos. El encanto del ‘glitter’ no pasa de moda en estas fechas, como la diva Mariah Carey y sus famosos villancicos. Solo la archiconocida ‘All I want for Christmas is you’ lleva más de mil millones de reproducciones en Spotify.

Pero vamos con las capas de purpurina, que en Navidades hay permiso para (casi) todo. Las maquilladoras profesionales advierten, antes de nada: la purpurina es un arma de doble filo. La frontera entre brillar como una deslumbrante decoración navideña y acabar sepultado por purpurina haciendo el ridículo es tan tenue como contraproducente. No son pocas las ocasiones en las que tras una larga Nochevieja los cosméticos han jugado una mala pasada a párpados y labios; lo que antes de la cena parecía darle un toque resplandeciente se acaba convirtiendo en una pesadilla de difícil escapatoria. ¿Dónde está el truco para mantener el ‘glitter’ en su sitio y que no nos chafe la fiesta? ¿Qué es lo que recomiendan las estilistas y maquilladoras de postín?

Hay que elegir bien la zona que queramos destacar. A veces se nos puede ir la mano y podemos dejarnos llevar por la euforia de las fiestas, así que en esto del ‘glitter’ conviene levantar el pie del acelerador. La clave está en el equilibrio. Si queremos cargar de purpurina los labios, la mirada tendrá que complementarse con unas sombras neutras o un ‘eyeliner’ fino. En el caso opuesto, llenamos de purpurina los párpados y dejamos a su vez que los labios respiren un poco; con una fina capa de barra labial mate será suficiente.

Para que la purpurina no se vaya de su sitio y termine esparcida en lugares insospechados -es un complemento más inestable y caprichoso de lo que se piensa-, se necesita algún tipo de fijador. Resulta imprescindible aplicar un producto que haga de enganche y no se acabe extendiendo libremente, dejando la cara casi como el maquillaje ajado de un payaso. Utiliza fijadores específicos para los ojos y no te apresures por usar un poco de corrector; recuerda que el objetivo es que el look se altere lo menos posible.

Para un ‘eyeliner’ de ‘glitter’, aplica antes un producto transparente que actúe como pegamento y seque. En el caso de aquellas personas que quieran una mirada brillante pueden optar por rociar con un spray antes para fijar el maquillaje en la zona deseada y después, con una brocha, pondremos purpurina a gusto del consumidor.

El truco número cuatro y, tal vez, el más importante: déjate asesorar, mira tutoriales, en Youtube e Instagram hay un abanico inmenso de ideas y recomendaciones. A veces no es fácil pasar de una idea de maquillaje concreta y hacerla factible. Si no se dominan las técnicas necesarias para llevar a cabo esta pequeña transformación, no hay de que preocuparse; lo suyo es buscar ayuda y ponerse en manos expertas.

“Tarda mucho en arreglarse, pero no me importa, me gusta ver cómo disfruta durante

el proceso”

“Las amigas de Maier siempre le piden consejos de belleza y maquillaje. Confían mucho en ella porque saben que le gusta mucho”

“Mi neceser es enorme y en él

no falta mi color favorito, el gold

pink nude”

“Mi Instagram está lleno de consejos de maquillaje y de gatos y perros. Sigo a la maquilladora Andreea