ntes de ‘Black Mirror’, la palabra ‘distopía’ se asociaba muy a menudo a la literatura, un territorio donde desde siempre han abundado historias impredecibles, desarrollos tecnológicos que transforman civilizaciones enteras y crisis cíclicas con efectos devastadores. Libros como ‘1984’ de George Orwell (publicado en 1948 y que estuvo a punto de llamarse ‘El último hombre de Europa’ ) o ‘El cuento de la criada’ de Margaret Atwood, ya en los años 80, certifican el gusto de la literatura universal por lo distópico. Últimamente este subgénero literario de la ciencia ficción vive un nuevo boom en un contexto en el que el mundo camina a trompicones a golpe de fake news y un presente incierto. Las series de las plataformas digitales, quizás el principal artefacto de entretenimiento masivo de la última década, se han sumado a dibujar futuros imperfectos para enganchar a la audiencia. Hay muchos títulos que imaginan distopías cercanas y lejanas, con mayor o menor fortuna (‘Years and Years’, ‘Altered Carbon’, ‘West World’, la propia ‘El cuento de la criada’), pero quizás ninguna ha tenido el impacto de ‘Black Mirror’, creada en 2011 por Charlie Brooker, y que diez años después sigue siendo la serie distópica por excelencia. Coincidiendo con su décimo aniversario, la ficción británica está siendo objeto de análisis y comentarios por su asombrosa capacidad para anticipar el futuro y por cómo algunas de las ideas más estrambóticas se parecen mucho más de lo que pensamos a la realidad actual. Su primer capítulo, ‘National Anthem’, fuertemente relacionado con el poder de difusión de las redes sociales, ha sido vinculado posteriormente a un escabroso episodio sexual del ex primer ministro David Cameron conocido como #piggate.

Cuando Brooker ideó su fábula futurista lo hizo con la intención de observar los avances tecnológicos con recelo y máxima cautela. “Si la tecnología es una droga -y se siente como tal- entonces, ¿cuáles son los efectos secundarios? Este área, entre el placer y el malestar, es donde ‘Black Mirror’ está establecida. El ‘Espejo negro’ del título es lo que el espectador encontrará en cada pared, en cada escritorio, en la palma de cada mano: la pantalla fría y brillante de un televisor, un monitor o un teléfono inteligente”, dijo el guionista en 2011 a modo de introducción de su obra magna.

Tras cinco temporadas, un largometraje y una veintena de capítulos que le han valido galardones internacionales, no parece que Brooker esté por la labor de sumar más contenido distópico a su filmografía. La pandemia ha modificado su escritura y, preguntado por si cabe la posibilidad de una sexta temporada, se ha mostrado tajante. “De momento, no sé qué estómago habría para contar historias sobre sociedades que se desmoronan, así que no estoy trabajando en esta línea. Tengo muchas ganas de volver a poner en marcha mis habilidades cómicas, así que he estado escribiendo guiones destinados a hacer reír”, respondió el año pasado. Fruto de su mano para la comedia se alió con Hugh Grant y Samuel L. Jackson, entre otros conocidos actores en un lujoso elenco, para retratar el periodo pandémico con un falso documental, lo que en inglés se conoce como ‘mockumentary’, titulado `A la mierda el 2020’. De la mano de Netflix, la parodia que pretendía reflejar uno de los años más desastrosos de nuestras vidas pasó sin pena ni gloria y, en general, recibió críticas tibias.

Al principio, ‘Black Mirror’ estuvo destinada al público británico en Channel 4. En 2016 dio el saltó al catálogo de series de Netflix y en la tercera temporada gozó de un presupuesto mayor certificando su éxito planetario. Charlie Brooker escribió el primer guion de la nueva entrega, la aclamada ‘San Junipero’, en “una decisión consciente de cambiar la serie” y aportar nuevos tonos y colores frente a la malévola dependencia tecnológica. El capítulo se dio a conocer en el Festival de Cine de Toronto y la ciudad virtual californiana ambientada en 1987 y habitada por personas desahuciadas y fallecidas conquistó a la crítica llevándose dos Premios Emmy al Mejor Guion y Mejor Telefilme.

Pese a que las historias de cada capítulo de ‘Black Mirror’ son independientes, hay teorías de todo tipo respecto a sus supuestas interconexiones. El medio Independent estableció una sorprendente cronología atando pequeños cabos sueltos, enlazando detalles aparentemente inocuos y con referencias tecnológicas y progresos científicos relacionados entre sí. De esta manera, el mundo postapocalíptico de ‘Metalhead’, perteneciente a la cuarta temporada, y donde unos carroñeros buscan víveres antes de enfrentarse a un poderoso enemigo, estaría en último lugar, el quinto año de una serie que ha marcado una época, más allá de poner de moda contenidos distópicos en la pequeña pantalla.

“Me gusta mucho ‘El joven Papa’, la serie de Paolo Sorrentino protagonizada por Jude Law. El plano del Papa con una coca-cola es genial”

“’Black Mirror’ es una serie que nos gusta mucho por lo diferente que es. Puedes ver sus capítulos sueltos y eso es una ventaja”