unque cómicos como Jerry Seinfield ya eran conocidos gracias a su célebre sitcom, el monólogo tardó más de lo esperado en explotar por aquí. Y cuando lo hizo se expandió por todas partes. A finales de los 90 y principios de los 2000 se popularizó el formato más austero de la comedia: el atrezzo se limita a una silla (y a veces ni eso) y un micrófono con el que el humorista se enfrenta al público en absoluta soledad. Heredero del típico monólogo americano y aupado gracias al empuje televisivo, su popularidad no ha menguado desde que hace más de 20 años el canal Paramount Comedy y el programa `El club de la comedia´, que ha rotado por distintos canales, se metiera al público en el bolsillo con una nueva generación de cómicos encabezada por Joaquín Reyes y su troupe chanante. Uno de ellos, el grandullón Julián López, dio con una de las claves de un género que es mucho más difícil de lo que parece y que, de alguna manera, desnuda al artista y recuerda al músico que canta a capela ante un teatro de 500 personas. “Lo bueno de esto es que empiezas en bares pequeñitos, así que sigues una progresión paulatina, te da tiempo a acostumbrarte y ya no te impone tanto”, explica el colaborador habitual de Andreu Buenafuente. “Aun así, cada vez que sales a actuar hay que darlo todo y aún me sigo poniendo en tensión (...). Hacer reír a los amigos no es lo mismo que hacerlo en un escenario. Es una profesión, tienes que hacerlo bien, aunque estés jodido por dentro”.

Los monólogos también han sido pasto de las plataformas televisivas que inundan el mercado. `Fleabag´ (Amazon Prime) es, básicamente, el relato en primera persona y mirando a cámara de su protagonista, Phoebe Waller-Bridge. Su frescura y acidez le han valido varios premios Emmy y el reconocimiento mundial. `Nannette´ (Netflix) marcó un antes y un después en la historia del todopoderoso canal gracias al monólogo de la cómica australiana Hanna Gadsby. `Solos´, también en Amazon Prime, es otra muestra del influjo del género: sus protagonistas, de Anne Hathaway a Morgan Freeman, se dirigen directamente a la cámara desde la soledad de sus vidas. Y luego tenemos el caso de expertos monologuistas como Ricky Gervais (`After Life´, en HBO) o Dani Rovira (`Odio´, en Netflix) que también exprimen su talento.

Florentino Fernández, Santiago Segura y José Mota saben de sobra el vértigo que produce plantarse sin más armas que un texto ingenioso. No obstante, suelen salir airosos del envite. El espectáculo `Sentido del humor, dos tontos y yo´ reunió en octubre de 2018 a tres de los cómicos españoles más conocidos de las últimas décadas. ¿Quién no ha oído hablar del dúo Cruz y Raya, el programa televisivo `El Informal´ o la película `Padre no hay más que uno: la llegada de la suegra´? Tras el punto muerto de la pandemia, vuelven a agotar entradas allá por donde van: Donostia, Madrid, Granada, Pamplona, Bilbao... Dirigido por el hombre que creó la saga `Torrente´, Segura ha reconocido que no le resulta “fácil” trabajar con sus compañeros debido a su tendencia a la improvisación. “El más largo de nuestros monólogos es el de José Mota, sin duda”, comentó Segura en el `El Hormiguero´ de Antena 3. “Puede que al principio fuera más largo, pero sí que es cierto que la mala bestia de Florentino ha alargado un montón el suyo”, añadió Mota. La génesis de la obra es la siguiente: los tres se juntan en un escenario para lanzar una serie de curiosas disertaciones sobre el sentido del humor. La duración del show es de hora y media (“según tengan el día los artistas”) y se mezclan en un cóctel irresistible “reflexiones, risas y disparates”.

Alguien tenía que poner orden para llevar a buen puerto el espectáculo. La tarea de dirección recayó en Santiago Segura. Asumió el cargo con buena predisposición y con sentido del humor, ingrediente habitual del actor, director, guionista y presentador madrileño. “Como soy muy controlador y me gusta que todo salga bien y que sea todo como yo digo, he acabado dirigiendo”, dijo. El resultado es descacharrante. El trío, vestido de gala, se sube al escenario juntos y por separado, por parejas e individualmente. Como ocurre con los monólogos, no hay un ambicioso montaje que sustente la función; todo se fía al carisma y el oficio de Mota, Segura y Flo, o lo que es lo mismo para ciertos sectores del público, lavieja´lvisillo, Krispin Klander y Torrente. Florentino da con una de las claves de una gira que en su tercera temporada continúa con su imparable recorrido: “El humor también se diferencia según el país. No es lo mismo el humor italiano, que se ríe de sí mismo; el humor alemán, el humor inglés, que pocos saben en qué consiste; el humor francés, país de grandes cómicos; o el humor español, el que entendemos todos”.

Este espectáculo de humor puede verse el próximo sábado 27 de noviembre

en el Kursaal

de Donostia

“El martes iré a ver

a Santiago Segura, Florentino Fernández y José Mota al Euskalduna de Bilbao”

“Me encantan los monólogos y siempre estoy atento a las actuaciones de este tipo por la zona. Es un plan para reír y pasarlo bien”