n el momento que decidimos tener nuestra propia huerta una de las cosas más importantes que tenemos que tener en cuenta es el cuidado de la tierra. Aquí entran en juego el abono y el sustrato. Ambas palabras puede que las hayamos escuchado previamente pero realmente no sabremos qué significa cada una, así que empecemos a desgranar el enigma que tenemos entre manos.
El abono, también conocido como fertilizante, es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas. Con esto se pretende mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional o estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, entre otras cosas. El sustrato, por su parte, es todo aquel material sólido o soporte físico diferente al suelo, que puede ser natural o no y que ayuda a generar las condiciones adecuadas para que las raíces puedan realizar correctamente el suministro de nutrientes por absorción.
Dependiendo para qué sitio sea el abono utilizaremos uno u otro. Por eso, tal y como explicaremos a continuación, usaremos un tipo para la huerta, otro para el jardín y otro distinto para las plantas de interior.
En primer lugar hablaremos de cuál es el ideal para la huerta y aquí mencionaremos sin dudar el estiércol, ya que tiene un equilibrio perfecto y contiene muchos nutrientes. Desde hace poco tiempo se ha convertido mucho más sencillo comprar este tipo de abono, mientras que antes era todo lo contrario.
En segundo lugar utilizaremos el abono granulado para nuestro jardín, ya que además de abonar aportará muchos nutrientes. Lo reconoceremos muy fácilmente porque se presenta en forma de bolita, lo que hace muy fácil de usar. Entre los beneficios destaca que gracias a su uso tendremos nutrido nuestro jardín durante todo el año y que recomendamos que se aplique preferiblemente en la época de invierno.
Por último, en tercer lugar usaremos el abono líquido para nuestras plantas de interior. Al ser líquido nos será muy sencillo aplicarlo en el agua de riego que tengamos o en las regaderas que utilicemos para regar las plantas. Entre los beneficios destaca que en caso de que lo apliquemos en su justa medida nuestras plantas nunca tendrán falta de nutrientes y crecerán fuertes y sanas.
Entre todos los abonos que existen recomendaremos el orgánico 100% natural. Este tipo de abono está compuesto por compuestos naturales no contaminantes y actúa a largo plazo, por lo que no será necesario que lo apliquemos a menudo. Esto hace que el abono natural sea mucho más barato que el químico, e incluso de coste cero, ya que se puede fabricar utilizando diferentes restos orgánicos como por ejemplo estiércol. Además, en caso de que utilicemos este tipo de abono no correremos ningún peligro de dañar las plantas, el sustrato, el entorno y tampoco se podrán producir intoxicidades a posteriori.
En definitiva, el abono orgánico no contamina al medio o entorno de trabajo, actúa a largo plazo por lo que es más económico porque no hay que estar echando continuamente, es muy beneficioso para el sustrato, al mantenerse en el tiempo nuestras plantas estarán nutridas más tiempo que con un abono químico y como decimos, el coste es menor al químico o incluso de coste cero, ya que podemos lograr abono orgánico con cosas que tenemos alrededor como restos orgánicos.
A la hora de escoger un tipo de sustrato u otro tendremos que tener en cuenta cuáles son las características perfectas o ideales para nuestras plantas. En este sentido, dependerá de varios factores como el material vegetal -semillas o por ejemplo plantas-, el abono, el dinero del que dispongamos, cuánto vamos a poder regar el terreno o la especie vegetal que hayamos plantado. Aun así, para que el crecimiento de nuestro producto sea perfecto tendremos que tener en cuenta las propiedades físicas o las químicas del sustrato.
Cuando hablamos de las propiedades físicas nos estamos refiriendo a la capacidad de retención de agua que habrá en nuestro terreno y la que necesita la planta, que la estructura sea estable, suministro de aire o la distribución del tamaño de las partículas. Por otro lado, las propiedades químicas se refieren a la baja salinidad, la capacidad de asimilar determinados nutrientes o la baja velocidad de descomposición.
Además de los aspectos mencionado tendremos que tener muy en cuenta otros que no son tan técnicos. Hablamos de la disponibilidad de adquirirlo, de la capacidad económica de la dispongamos o de la que estemos dispuestos a poner, que sea resistente a cambios temporales extremos o que esté libre de semillas de malas hierbas, nemátodos, patógenos y sustancias fitotóxicas.
A continuación mencionaremos algunos tipos de sustratos que existen. Empezaremos hablando del agua que funciona como un transmisor de nutrientes y al mismo tiempo puede hacer las funciones de sustrato. Por otro lado, está la arena de río que ideal, ya que tiene una capacidad media de retención del agua y la aireación disminuye a medida que pasa el tiempo. También se utilizan mucho las gravas. En este caso destacan la de cuarzo y piedra pómez. Por último, mencionaremos la tierra volcánico, un material que se utiliza tal cuál sin sufrir cambios.
“Yo nunca he ido a la huerta y tampoco he tenido ganas. Aquí al único que le gusta es a Imanol pero le implicaba mucho trabajo cuidarlo”
“Recuerdo que una vez trajeron muchas calabazas y berza y claro, una cosa es tener un día ambas porque quieres y otra tener que comer porrusalda a diario por obligación”
“Ahora mismo en ‘Agrícola Bascovi’ nos dedicamos a la venta al por mayor
y somos un almacén de distribución y entre otras cosas llevamos sustratos”
“Tenemos un terreno que era de mi aita y antes sí que trabajaba la huerta, primero con él y luego yo solo, pero hace un tiempo que no lo hago”