Hace exactamente tres años la revista Rockdelux armó cierto revuelo al poner en portada al artista reguetonero J. Balvin. Las redes sociales se llenaron de comentarios, muchos de ellos negativos, sobre la decisión de concederle protagonismo a la estrella latina en una publicación especializada, principalmente, en el universo del rock independiente. Por un lado, estaban quienes se sentían traicionados por lo que entendían una dejación de sus fundamentos editoriales, casi una muerte por apuñalamiento: "Esto no es rock ni es deluxe. Tenéis que cambiar el título a la revista", se podía leer en Facebook mientras otros, los menos, apelaban a Bob Dylan ('Times they are a changin') y recordaban que el mundo está cambiando y no hay quien se libre de ello, ni siquiera el todopoderoso rock and roll.
En este sentido, se invitaba a los lectores de Rockdelux, ahora sólo en versión digital, a que "reflexionasen" sobre la situación actual, en la que la música urbana y latina dominan el mundo, y las guitarras han pasado a ser cosa de nostálgicos o de nichos musicales cada vez más reducidos. ¿Cuál fue la última banda rockera que conquistó los corazones de millones de oyentes? ¿Black Keys? ¿Artic Monkeys? ¿Foo Fighters?
Basta con echar un vistazo al suculento menú que los festivales de música han preparado para 2022. Mad Cool fía su suerte a viejas glorias del metal y el rock alternativo (Metallica, Queen of Stone Age, Faith No More, Muse, Pixies, Kings Of Leon) en un cartel que, al menos en su primera línea, perfectamente podía haberse diseñado a principios de los dos mil. No hay relevo para llenar los huecos de los cabezas de cartel. Hasta en un festival de este tipo se aprovecha el tirón de la música urbana: Nathy Peluso y el dúo de hip hop Natos y Waor encabezan la última noche del multitudinario certamen madrileño. El rock ha perdido punch. Volvió a ocurrir hace poco en Bilbao.
"He crecido con la Creedence, Pink Floyd y Barricada y no me puedo creer que a mi hija no le guste el rock". Harkaitz Barreros
En la primera jornada de la edición otoñal del BBK Live, después de una larga sequía de inactividad musical y restricciones pandémicas, los suecos The Hives encabezaban un festival consagrado a las guitarras eléctricas. Pues bien, los creadores de 'Hate To Say I Told You So' congregaron a menos de 1000 personas en Bilbao Arena y se tuvieron que conformar con un público mucho más reducido de lo esperado. Pasó algo parecido en la última edición de espíritu independiente de Donostia Festibala. Aunque el tiempo no ayudó en absoluto -aquel fin de semana de principios de septiembre de 2017 llovió a mares-, los conciertos de The Jesus and Mary Chain, The Drums, The Divine Comedy y de nuevo The Hives, entre otros, se saldaron con un estrepitoso fracaso de público. Al año siguiente, el festival se reinventó por completo volcándose con el reguetón, el hip hop y el trap y atrayendo así a miles de jóvenes al hipódromo de Lasarte. Azkena Rock Festival, el evento rockero más incombustible del país, es un perfecto ejemplo de conservadurismo: exprime las vacas sagradas de siempre para un público maduro. En su versión reducida por el Covid-19 de este otoño, los grandes reclamos fueron Loquillo, El Drogas, M-Clan y Los Enemigos. ¿Hablamos de 1999? No, de otoño de 2021.
En expansión
Rara es la radio, la sala, el festival o la discoteca que no se preste a ceder su espacio al reguetón y sus aledaños, el maistream de nuestros tiempos. El fenómeno no es ni mucho menos nuevo, aunque por su impacto planetario sí lo parezca. Daddy Yankee, el creador de la pegadiza 'Gasolina', o Don Omar, el de 'Danza Kuduro', incendiaron las pistas de baile hace ya más de diez largos años, cuando el rock y aquellas letras picantes que incitan al perreo pertenecían a galaxias distintas. El periodista musical Víctor Lenore, ya en 2015 defendía lo siguiente: "El reggaeton es el género latino que da réplica al hip hop estadounidense. Digo que es una réplica y no un derivado del hip hop porque es un gesto antiimperialista de los puertorriqueños, demostrando que ellos pueden hacer hip hop mejor que los gringos. La mayoría de los reguetoneros, de Calle 13 a Tego Calderón, son partidarios de la independencia de la isla".
"A mí me gusta escuchar reggaeton. Mi artista favorito es Yankee y me gusta bailar en TikTok". Naiara Barreros
Es verdad que en los últimos años ha habido una potente escena de post-punk británica (Idles, Fountains DC) y que grupos como Tame Impala han llenado pabellones con su irresistible mezcla de psicodelia y música pop. Quizás al rock le toca resituarse y buscar un lugar menos privilegiado mientras la mezcolanza de sonidos latinos y callejeros lideran las nuevas corrientes musicales. Puede que estemos ante un fenómeno temporal-cíclico, como sostienen voces cualificadas, y que en 10 ó 15 años las bandas de guitarras vuelvan por sus fueros. Pero la realidad, a día de hoy, en un mundo fragmentado y que tiende a la fusión de estilos, es que estamos muy lejos de que volvamos a asistir a un bombazo como el protagonizado por Nirvana, Guns N' Roses u Oasis. La polémica portada de Rockdelux ya no es una noticia a contracorriente, sino el signo de estos tiempos; por un lado, la juventud escucha a Maluma y Bad Bunny y, por otro, el mundo adulto celebra con nostalgia el 30º aniversario de 'Smells Like Teen Spirit' (Nirvana), 'Screamadelica' (Primal Scream) o 'Achtung Baby' (U2).