82 años después de su estreno y de un éxito planetario que desató la fiebre Escarlata, existen pocos consensos sobre 'Lo que el viento se llevó'. Uno de ellos, seguramente el definitivo, es que es una obra maestra, una película que pese a sus contradicciones y arduas polémicas -sus estereotipos racistas siguen levantando ampollas-, su exagerado metraje -casi cuatro horas- y un presupuesto astronómico de 4,35 millones de dólares -el más alto de su época- sigue ocupando un puesto de honor en la historia del cine. 1939 fue un año terrible que vio nacer la II Guerra Mundial, pero que alumbró Hollywood casi como ningún otro. Se estrenaron trabajos incontestables: 'El mago de Oz', 'La diligencia', 'Ninotchka', 'Tú y yo', 'Mujeres', 'El joven Lincoln' y 'Goodbye Mr. Chips', entre otros muchos.
Tras una cosecha apabullante, 'Lo que el viento se llevó' arrasó en los Oscar coronándose con diez estatuillas. La segunda certeza de la mítica cinta se llama Clark Gable. El acuerdo fue inmediato y unánime: él era el elegido para encarnar al cínico, caradura y pese a todo -o quizás por ello- irresistible Rhett Butler. Para dar con la actriz protagonista se dieron tantas vueltas que luego vinieron documentales y libros tratando de explicar el barullo y alimentando la leyenda de un camino tortuoso. Dos colosas como Katharine Hepburn y Bette Davies no pasaron el corte. Hubo dos directores, uno fallido (a George Cukor lo echaron a las tres semanas) y otro definitivo (Victor Fleming, el de 'El Mago de Oz').
Clark Gable fue el gran galán de los años dorados de Hollywood. Se casó cinco veces, amó a incontables mujeres y, según una biografía del escritor David Bret, 'Clark Gable: tormented star', era un "bisexual reprimido". La afirmación no es difícil de sostener. Una de las supuestas razones por las que Cucor no continuó con el rodaje de 'Lo que el viento se llevó' fue que a Gable le incomodaba la condición sexual del director, abiertamente gay. En los difíciles inicios de su carrera, el Rey de Hollywood habría mantenido relaciones sexuales con hombres para poder ascender profesionalmente. "Era parte de la rutina para darse a conocer en Hollywood", asegura el biógrafo, que nombra en su libro a grandes e influyentes estrellas del cine mudo -Earle Larimore, Rod La Rocque y William Haines- como supuestos beneficiarios de sus favores.
El amor de su vida, no obstante, fue la reina de la comedia Carole Lombard. Contrajeron matrimonio también en 1939. La relación se cortó abruptamente tres años más tarde cuando el avión en el que viajaba la protagonista de 'La comedia de la vida' o 'Al servicio de las damas' se estrelló contra el monte Potosí.
"Clark Gable y Ava Gardner son de mis actores preferidos. 'Lo que el viento se llevó' es preciosa". Beatriz Larrañaga
El galán, un actor hiperactivo que enlazaba rodajes continuamente, entró en una profunda depresión y abandonó el cine durante un tiempo. El cazador de 'Sucedió una noche', el Blackie Gallagher de 'El enemigo público número 1', el capitán que carga oro en 'Mares de China', el oficial justiciero de 'Rebelión a bordo', y por supuesto, el Rhett Butler de 'Lo que el viento se llevó' tuvo que parar de golpe. El paréntesis duró tres años.
Su primer encuentro
El hombre del bigote fino y recortado con precisión volvió a la carga saliéndose incluso de la moda impoluta que lo había encumbrado en la década de los 30 y 40. Aceptó un trabajo que ya había hecho con anterioridad. Hablamos de 'Mogambo', la aventura africana que relanzó John Ford en 1953 y que le llevó a un rodaje por Kenia, Tanzania y Uganda. Era la excusa perfecta de Ford: así se sacudiría de una vez la pereza (nunca le había entusiasmado la historia) y conocería un mundo extraño. Se había barajado la posibilidad de contar con Stewart Granger para el papel protagonista, pero la tarea recayó nuevamente en manos de Clark Gable, que casi 20 años antes, en 1932, había protagonizado 'Tierra de Pasión' junto a Jean Hearlow.
El director de 'La Diligencia' solo pidió una cosa: quería contar con una de sus actrices fetiche, Maureen O'Hara, para ponerse en la piel de Eloyse Kelly. Se lo denegaron. Ava Gardner se llevó la palma y, al parecer, Ford se tomó muy mal la decisión de los productores tratando de mala manera a la actriz durante los primeros días de rodaje. Desde el otro lado no tardaron en lloverle los reproches ("Si no me quiere aquí, no tiene más que decírmelo", "soy tan irlandesa y tan cabrona como usted") y poco a poco la relación entre ambos fue destensándose. Clark Gable también intercedió para poner un poco de paz en un rodaje que tuvo de todo.
"He ido varias veces a Donosti, al Zinemaldia, a ver la alfombra roja y las estrellas que vienen". Teresa Larrañaga
Ava se vio obligada a interrumpir la grabación durante una semana ya que descubrió que estaba embarazada de su pareja, Frank Sinatra, y viajó a Londres para poder abortar. Sufrieron temperaturas de 45 grados. El guía del safari al que da vida Gable tenía ya 50 años, pero la edad no fue un impedimento para mantener un romance con Grace Kelly, a quien doblaba la edad a sus 23 años. Y de fondo estaba el espinoso asunto del colonialismo y los clásicos estereotipos africanos del cine safariano: animales exóticos por doquier, lanzas, los chistes sobre indígenas, las danzas de las tribus, la mirada condescendiente del hombre blanco€ Las dos actrices protagonistas no solo se disputaron el amor del eterno rompecorazones de Hollywood; fueron candidatas al Oscar, aunque se marcharon de la gala con las manos vacías.
"Me gustan las películas que dicen algo y pienso que los actores de ahora no valen demasiado". Beatriz Larrañaga
Ava Gardner nació en una familia empobrecida en 1922. Ava Lavinia, su verdadero nombre, no tenía pinta de convertirse en un icono sexual de la gran pantalla, en la `femme fatale´ de su tiempo, pero en 1941 su destino rural dio un volantazo definitivo: hipnotizado por su irresistible belleza, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) apostó por ella y decidió atar en corto a la actriz con un contrato de siete años. Ava Lavinia dio paso a Ava Gardner. Rodó un puñado de largometrajes en los que apenas abría la boca. Ella insistía en que la fama no la había cambiado y reivindicaba sus orígenes: "Soy una chica sencilla de campo, y nunca he pretendido ser otra cosa". El mito tomó forma más adelante, una vez había encarnado a la diosa romana del amor en 'Venus era mujer' (1948) y, sobre todo, en la primera mitad de los 50, con títulos como 'Pandora y el holandés errante' (1951), 'Las nieves del Kilimanjaro' (1952), la mencionada 'Mogambo' (1953) y 'La condesa descalza' (1954).
En una versión muy libre del cuento de 'La Cenicienta', donde interpreta a la bailarina española María Vargas, Ava Gardner se topó con el desafortunado apelativo de "El animal más bello del mundo" que la ha perseguido desde entonces. La película recibió críticas y comentarios de todo tipo que se resumen en las ambiguas palabras del director de cine francés François Truffaut: "'La condesa descalza' es desconcertante. Uno sale de la sala de cine dudoso de haber comprendido todo, pero inseguro de que hubiera, de hecho, más para comprender". Durante un tiempo se supo más de asuntos escabrosos y líos amorosos que de su filmografía.
"Yo tengo muy buen recuerdo de 'Match Point', de Woodie Allen. Me gusta mucho". Teresa Larrañaga
Los últimos descubrimientos son relativamente recientes: en 2013 salieron a la luz las conversaciones que inició en 1988 con el periodista Peter Evans, recogidos en 'Ava Gardner: The Secret Conversations'. "Estoy en la quiebra, querido. O escribo este libro o tengo que vender las joyas", le dijo la actriz, de 66 años. Golpeada por los malos hábitos (alcohol y tabaco, fundamentalmente) una neumonía acabó son su vida en 1990, dos años después de contarle todo tipo de detalles, los más íntimos y rebuscados, a Evans. Para entonces, Clark Gable llevaba muerto 30 años. Un infarto agudo de miocardio se llevó por delante al actor apenas unos días después de haber rodado 'Vidas Rebeldes'. Fue su última película.