La higiene personal es muy importante y es algo que parece que durante el coronavirus los expertos no han parado de advertir que hay que hacer. Parece que a día de hoy todavía hay personas que no se lavan las manos tanto como deberían o si lo hacen no lo hacen en condiciones. A continuación hablaremos de los jabones artesanales, muy diferentes de los comerciales, ya que están libres de químicos y son por tanto mucho mejores para nuestra piel. Pero, ¿cómo podemos hacerlos?
A continuación lo explicaremos pero antes veremos cuáles son las ventajas que nos otorga hacer jabón artesanal y cuáles son los materiales básicos que necesitamos para ello. En primer lugar, que nosotros seamos los propios fabricantes del jabón nos abre un abanico de formas y olores que muchas veces las tiendas no nos ofrecen. Así, podremos tener jabones cuadrados, redondo, más grandes o más pequeños y sobre todo oliendo como nosotros queramos.
Eso sí, para hacer un jabón necesitaremos sosa cáustica, agua, aceite de oliva, aceites esenciales perfumados, colorantes, moldes de silicona, guantes, gafas protectoras, mascarilla protectora, una camiseta para usar durante la elaboración, vinagre, utensilios que no sean metálicos o de aluminio, una batidora y un medidor para calcular de manera exacta las cantidades. Así que si ya tenemos todo lo necesario solo nos quedará saber cómo hacer el jabón.
1- En un recipiente grande introduciremos abundante agua y a continuación añadiremos la sosa caústica. Es importante que lo hagamos en este orden, nunca al revés. Con esta mezcla alcanzaremos altas temperaturas, así que por seguridad no tendremos que olvidar protegernos como es debido. Una vez la reacción comience a ser menor en una cazuela mezclaremos todos los aceites hasta que se llegue a una temperatura de 80º. A continuación y una vez ambas mezclas estén a 80º lo mezclaremos hasta lograr una mezcla homogénea.
2- Si optamos por hacer un jabón caliente volcaremos el jabón en moldes de silicona que meteremos en el horno a 80º durante un máximo de dos horas. Cuando lo saquemos del horno añadiremos los aditivos que queramos en cada uno de ellos, lo removemos bien y esperamos que se solidifique. Cuando esto suceda lo sacaremos y lo cortaremos o le daremos la forma que nosotros queramos.
3- En caso de que queramos hacerlo en frío a la mezcla le añadiremos los aditivos, lo removeremos bien y lo volcaremos en un molde para que se solidifique. Para ello, lo dejaremos tapado entre uno y dos días. Una vez pase el tiempo lo cortaremos a nuestro gusto y lo dejaremos sin tocar 40 días para que haga el proceso de saponificación. Este diseño permite mayor creatividad.